/REPETICION/ PALESTINA-ISRAEL: Bombas en Tel Aviv y violencia en Belén

Una bomba que explotó en un café de Tel Aviv, supuestamente cargada por un suicida, mató hoy a cuatro personas, mientras en Belén, Cisjordania, continúan los enfrentamientos violentos entre palestinos y policías israelíes.

Testigos entrevistados por la televisión israelí en Tel Aviv señalaron como sospechoso a un hombre con un bolso de mano amarillo que entró al Café Apropos, donde numerosas familias con sus niños disfrazados se habían reunido para festejar la festividad judía de Purim.

El hombre se sentó y, minutos después, una gran explosión destrozó los vidrios y provocó un congestionamiento de gente que pugnaba por escapar del lugar en busca de refugio. La organización radical islámica Hamas reivindicó el atentado en un comunicado que envió a la televisión israelí.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, se comunicó por teléfono con el presidente de Israel, Ezer Weizman, para manifestarle su consternación por el atentado. "Estoy muy trastornado por la violencia que ocurre hoy y condeno este incidente terrorista", dijo.

El secretario de Arafat, Ahmad Abdel Rahman, declaró a Radio Arábiga de Israel que "la ANP no puede aceptar ninguna operación de este tipo, no importa el motivo".

Pero el primer minsitro de Israel, Benjamin Netanyahu, reiteró este viernes que Arafat había dado subrepticiamente "luz verde" a los terroristas palestinos para cometer atentados, según le informaron los servicios de inteligencia israelíes.

"Dije a principios de semana que estas organizaciones contaban con la aprobación de la ANP, y no hay dudas de que actuaron sobre la base de ese entendimiento", sostuvo Netanyahu minutos después del atentado.

Sin embargo, el militante islámico suicida no procedía de las zonas controladas por la ANP sino de territorio israelí, según distintos informes.

Arafat rechazó la afirmación de Netanyahu. El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, le respaldó el mismo viernes cuando dijo en Helsinki, donde asiste a una reunión con su par ruso Boris Yeltsin, que estaba convencido de la "inalterable oposición" a la violencia del líder palestino.

Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, Nicholas Burns, afirmó que sus servicios de inteligencia no contaban con evidencia de que Arafat avalara los atentados.

Los palestinos reaccionaron con ira a la decisión de Israel de construir 6.500 viviendas exclusivas para judíos cerca de Jerusalén oriental. Las obras comenzaron el martes.

En Belén, jóvenes palestinos chocaron con soldados israelíes por segundo día el viernes. Los militantes arrojaron piedras y cócteles Molotov a los funcionarios armados que custodiaban un lugar sagrado israelí.

Los soldados respondieron con gas lacrimógeno y balas de goma. El episodio refrescó en las memorias los siete años de violencia en Gaza y Cisjordania que precedieron a la firma en 1993 del acuerdo de paz entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Oslo.

"Israel es la que abre la violencia. Los israelíes siempre piden a la ANP que impida la violencia, pero no ayudan en nada. Toman decisiones políticas contra el interés de los palestinos y nos piden que no reaccionemos", afirmó Issam Abu Ghallous, dirigente estudiantil de la Universidad de Belén.

Los combates estallaron en Hebrón cuando medio centenar de palestinos se dirigieron al centro de la ciudad, aún ocupada por Israel, donde arrojaron piedras y botellas. Soldados israelíes controlan 20 por ciento de la localidad, donde residen 500 colonos judíos religiosos.

La decisión de construir viviendas en la zona árabe cercana a Jerusalén se produjo luego de la retirada de tropas israelíes de Cisjordania dispuesta por el gabinete de Netanyahu, que fue tres veces menor a la que aspiraban los palestinos.

La resolución del gabinete de Netanyahu deja, en definitiva, nueve por ciento del territorio de Cisjordania bajo control de la ANP.

La crisis derivó en una interrupción de las negociaciones. Ambas partes dejaron pasar el plazo del día 17 fijado para comenzar las conversaciones sobre las cuestiones más difíciles de las relaciones bilaterales.

Entre esos asuntos figuran la situación final de Jerusalén, ciudad a la que palestinos e israelíes consideran su capital, los asentamientos judíos en territorio palestino, el retorno de los refugiados y la creación de un estado en base al embrión de la ANP.

Pero, en cambio, Arafat suspendió todo contacto de alto nivel con Israel, por lo que las relaciones se restringen a cuestiones rutinarias.

La ministra de Educaicón Superior de la ANP, la ex negociadora Hanan Ashrawi, dijo a la cadena estadounidense CNN que "es muy difícil asegurar" que aún exista un proceso de paz, que, en todo caso, "está en su lecho de muerte", aunque confió en que "exista suficiente voluntad para tratar de salvarlo".

Netanyahu afirmó que la ANP no recibirían "un porcentaje significativo" del territorio de Cisjordania.

El alcalde de Tel Aviv, Roni Milo, había dicho antes del atentado que confiaba que Purim transcurriera sin incidentes. El año pasado, un suicida de Hamas provocó la muerte de 13 israelíes en el centro comercial Dizgengoff durante la festividad.

En el Purim de 1994, el colono judío nacido en Estados Unidos Baruch Goldstein abatió a balazos a 29 palestinos que oraban en una mezquita de Hebrón, y al menos 20 más murieron a manos de soldados israelíes en los choques que generó el incidente. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/mj/ip/97

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