El Banco Mundial promociona sus estrategias de ajuste estructural en países en desarrollo con el argumento de que catalizan la inversión privada en esas naciones.
En un informe difundido este domingo, el banco afirma que los países en desarrollo deben asumir políticas macroeconómicas adecuadas si aspiran a sacar provecho del flujo mundial de inversiones.
Los autores del informe admiten que el banco intenta cercar su territorio en el cambiante mundo de las finanzas dirigidas al desarrollo y también se expone a las críticas al opinar sobre los intereses de los inversores y minimizar el efecto negativo de los ajustes estructurales.
"El crecimiento de los flujos de capital privado en los años 90 podría continuar si más países en desarrollo mejoran sus cuentas macroeconómicas y abren sus mercados a la competencia del resto del mundo", según Joseph Stiglitz, economista jefe y vicepresidente de economía de desarrollo del Banco Mundial.
"La apuesta es más riesgosa para los países que no emprendan esas reformas", alertó Stiglitz.
En su informe sobre "Finanzas de Desarrollo Mundial", el banco observó que el capital privado constituye más de 80 por ciento del flujo neto a largo plazo dirigido a los países en desarrollo.
De un total de 285.000 millones de dólares en 1996, el capital privado aportó 244.000 millones, una suma 60.000 millones de dólares superior a la del año anterior.
Pero 73 por ciento de la inversión privada se dirigió a apenas 12 países el año pasado. El porcentaje del flujo dirigido a esas naciones bajó un poco desde 1990, cuando ascendía a 84 por ciento.
Los países que acceden a créditos del Banco Mundial fijan el ritmo de su expansión a través de mejoras de sus economías y los que sigan "políticas adecuadas" obtendrán "mejor acceso a los mercados internacionales de capital", según el informe.
Pero el banco admitió que buena parte del auge de inversiones actual no sigue las pautas de los denominados "fundamentos económicos", pues persiguen, más bien, los altos intereses sobre papeles de deuda o actividades especulativas que deparan grandes lucros en los mercados de valores nacionales.
"Los inversores son impacientes para diversificar sus portafolios y procuran rendimientos mayores en los mercados emergentes y dinámicos", afirmó el banco. Por eso, las acciones y los portafolios son las inversiones de mayor crecimiento.
Pero funcionarios del banco insisten en que las reformas que promovió la institución tuvieron buenos resultados al incrementar la transparencia en las estructuras legales y regulatorias y fortalecer las instituciones financieras.
El Banco Mundial también se acredita de la cuadruplicación desde 1996 de la inversión extranjera directa en el mundo en desarrollo, que llegó en 1996 a 110.000 millones de dólares, a través de los ajustes estructurales y el aporte de garantías para inversiones a largo plazo.
"Este robusto crecimiento es especialmente alentador, pues la inversión directa de las corporaciones multinacionales genera importantes transferencias de tecnología y conocimientos de administración, así como desarrollo en el país que la recibe", según el banco.
De todos modos, el impacto de los ajustes estructurales aún no se ha evaluado y no existen estudios en tal sentido en el Banco Mundial.
El informe advierte que la inversión extranjera no es sustituto de "inversiones en capital humano" de largo plazo en materias como salud y educación.
Mientras la ayuda oficial a los países pobres continúa cayendo, las operaciones de alivio de emergencia de corto plazo constituyen gran parte de estos gastos. El año pasado, insumieron 12 por ciento de la asistencia (FIN/IPS/tra-en/aa/yjc/mj/if dv/97