POBLACION: Tailandia decide repatriar refugiados hacia Birmania

El gobierno de Tailandia decidió, contrariando los reclamos internacionales, repatriar a decenas de miles de refugiados de la etnia karens, quienes huyen de la ofensiva lanzada por el régimen militar de Birmania en febrero.

El gobierno aseguró sin embargo que los refugiados karens y de otras minorías birmanas serán repatriados sólo despúes que los combates en la vecina Birmania disminuyan.

La decisión se tomó esta semana en la reunión del Consejo de Seguridad Nacional de Tailandia, presidida por el primer ministro, general Chavalit Yongchaiyudh, y a la que asistieron el canciller, Prachuab Chaiyasarn, y las máximas autoridades.

El ministro del interior, Snoh Tienthong, dijo que se decidió "que hay que expulsar a todas estas personas".

Mientras tanto, los refugiados pueden permanecer en territorio tailandés debido a razones humanitarias, sostuvo Snoh. "Cuando Birmania esté en paz, Tailandia tendrá que expulsar a los refugiados", añadió el comandante del ejército, general Chetta Thanajaro.

Los activistas de los derechos humanos afirman que la decisión del gobierno no toma en cuenta que los karens seguirán corriendo peligro por la campaña de represión del ejército de Birmania contra los grupos étnicos disidentes.

Agregan que la decisión de Bangkok revela que Tailandia está atrapada entre su proceder humanitario y sus vínculos comerciales con Birmania, cuyo nombre actual es "Myanmar".

la organización humanitaria Amnistía Internacional declaró su "preocupación porque el gobierno tailandés sigue repatriando a los refugiados karens hacia Myanmar, a pesar de las protestas internacionales".

Amnistía subrayó que "el cese del conflicto armado no garantiza que el ejército de Birmania no seguirá maltratando o asesinando a los karens".

Las fuerzas militares de Birmania asediaron el territorio de la etnia karens en Birmania oriental, con el propósito de terminar con la lucha por la autonomía de la Unión Nacional Karens (KNU).

La KNU es el mayor grupo armado étnico que lucha contra el gobierno de Birmania. Desde que los militares oficialistas lanzaron la ofensiva el 10 de febrero, las fuerzas de combate de la KNU se vieron asediadas por 100.000 efectivos de la junta.

Desde entonces, más de 20.000 refugiados escaparon hacia Tailandia.

Los activistas en la frontera entre Tailandia y Birmania denuncian que los militares tailandeses negaron el ingreso a cientos de karens.

Chavalit sostuvo que sólo se negó el ingreso a rebeldes armados, pero las denuncias de expulsión obligaron al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y a Estados Unidos a solicitar a Tailandia que no devuelva a los refugiados a la fuerza.

Las normas internacionales estipulan que los refugiados deben recibir asilo y que no serán repatriados mientras corran peligro en su país. La sede del ACNUR en Bangkok declaró su "aflicción" por las denuncias.

No hubo nuevas denuncias de repatriaciones pero los observadores se preguntan si el comportamiento reciente de Tailandia significa que "su compromiso de brindar refugio a los karens está menguando".

Desde que Birmania y Tailandia reforzaron sus vínculos comerciales a partir de 1988, "el apoyo de Bangkok hacia los refugiados disminuyó", sostuvo una activista.

En las últimas semanas, los campamentos de los refugiados karens fueron atacados e incendiados por el pro-oficialista Ejército Budista Karens, dejando a miles de personas sin hogar.

Pero fuentes militares de Birmania afirman que el combate con los rebeldes en la frontera se acerca a su fin.

"No existe un problema. El problema de la frontera se terminó", sostuvo el secretario general de la junta, teniente general Khin Nyunt, luego de una reunión con autoridades tailandesas en el pueblo fronterizo de Myawadi en Birmania.

Mientras tanto, la KNU prometió continuar la lucha. "Estamos presionados de los dos lados, pero confío en que sobreviviremos y los venceremos", afirmó Ner Dah, hijo del líder de la KNU, general Bo Mya.

El general Muang Aye, comandante del ejército de Birmania, reiteró que Birmania está pronta para recibir a los refugiados. Pero Muang Aye especificó que los refugiados deben ser de nacionalidad birmana con residencia en el país, y solicitó la ayuda de Tailandia para verificarlo.

El general Chetta dijo que la repatriación requiere su autorización y que si los combates continúan, los refugiados podrían huir nuevamente hacia Tailandia.

"La repatriación responde a una norma internacional de la que todas las partes en cuestión están al tanto. Nadie puede acusarnos de no tener principios humanitarios", dijo.

Fuentes diplomáticas en Bangkok afirman que los ataques de la junta contra los karens no representan una sorpresa. "El ejército birmano iba a culminar su avanzada contra los karens tarde o temprano", sostuvo una fuente.

En campos de refugiados en la frontera con Tailandia, la pésima situación sanitaria y de salud provocó casos de diarrea y se teme una epidemia de cólera.

"La situación en los campos es mala debido a la sanidad y la amenaza de las enfermedades", dijo un visitante. (FIN/IPS/tra-en/rc/js/aq-jc/ip-pr/97

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