PERU: Vientos de impaciencia en la crisis de la embajada

El entrampamiento de las negociaciones entre el gobierno de Perú y el comando guerrillero que tiene en su poder a 72 rehenes en la embajada de Japón en esta capital, parece haber agotado la paciencia de los mediadores internacionales, que pidieron flexibilizar posiciones.

El obispo Luis Cipriani, delegado del Vaticano en la llamada Comisión de Garantes, integrada además por el embajador de Canadá y el representante de la Cruz Roja Internacional, expresó este fin de semana que el papel de los garantes tiene un límite.

Este lunes fue más enérgico y declaró que "ya es momento en que los garantes se pregunten hasta donde deben llegar para cumplir su misión humanitaria si ninguna de las dos partes demuestra la voluntad necesaria para una solución pacífica".

No está claro si las declaraciones de Cipriani deben interpretarse como que la Comisión de Garantes pondría fin a su misión, hasta que las partes muestren mejor voluntad o, si por el contrario, está dispuesta a asumir un mayor compromiso y asumir un papel más decisivo.

El fracaso hasta ahora en las conversaciones directas entre el gobierno del presidente Alberto Fujimori y el MRTA condujo a un virtual cambio de nivel en el papel de la Comisión, que de garante comenzó a convertirse en mediadora cuando las partes en conflicto se rehusaron a continuar en la mesa de negociaciones.

Este domingo, la Comisión visitó algunas de las cárceles en donde se encuentran recluidos militantes del MRTA, para certificar si son ciertas las denuncias formuladas por la organización guerrillera sobre las condiciones inhumanas de reclusión de sus miembros.

Aunque no ha emitido ningún informe público sobre esta visita a las cárceles, trascendió que la Comisión encontró que salvo en el régimen de permiso de visitas de familiares, no hay diferencia en las condiciones de reclusión de los delicuentes comunes y los guerrilleros.

En circunstancias normales, estos últimos sólo tienen derecho a una visita familiar por mes, en tanto que los presos comunes reciben visitas una vez por semana, y los casados están autorizados a recibir a sus esposas en privado, en el denominado venusterio.

Desde que fue tomada la embajada japonesa, el 17 de diciembre pasado, las autoridades cortaron radicalmente las visitas a los emerretistas presos.

La Comisión no visitó el penal de Yanamayo, situado en una zona del altiplano de la sierra sur peruana, que por su elevada altitud – más de 4.000 metros sobre el nivel del mar-, es considerada muy dura e inhóspita, y en donde las visitas son más difíciles debido a la distancia.

Se supone que la Comisión tratará de convencer al gobierno peruano de mejorar las condiciones de reclusión de los guerrilleros e igualar su régimen de visitas al de los presos comunes.

Se estima igualmente que se pedirá a Nestor Cerpa, jefe del comando guerrillero que tiene la embajada en su poder, que acepte esto y el asilo en algún país, para él y los 15 militantes que lo acompañen, como una victoria política suficiente.

"Es posible que se insista ante Fujimori para que comprometa la liberación de los emerretistas presos de menor rango y que no tengan responsabilidad en hechos de sangre", comentó el analista Flavio López.

Pero en lo fundamental, Fujimori y Cerpa se mantienen hasta ahora irreductibles, a 95 días del copamiento de la embajada de Japón en Lima.

Fujimori reitera que no acepta canjear la libertad de los rehenes por la excarcelacion de alguno de los 440 militantes del MRTA, en tanto que Cerpa no admite ninguna fórmula de solución que no incluya la liberación de sus camaradas presos.

En febrero pasado se iniciaron las conversaciones entre Cerpa y el representante de Fujimori -el ministro de Educación, Domingo Palermo-, a las que asiste la Comisión de Garantes, pero desde la semana antepasada el gobierno decidió no participar en el diálogo mientras el MRTA insista en la excarcelación de presos.

Días antes el MRTA había interrumpido el diálogo, después de acusar al gobierno de "conducta incorrecta" porque, presuntamente, la policía estaba construyendo un túnel hacia la embajada para intentar un rescate por la fuerza.

El MRTA habría recibido garantías de que no se estaba construyendo el túnel, o en todo caso no se seguiría haciéndolo, y regresó a la mesa de conversaciones.

Pero el diálogo no se reanudó, porque el representante del gobierno anunció que no asistiría mientras el MRTA insistiera en la excarcelación de los presos.

"Ambas partes deben comprender que no es el momento de intercambiar agravios ni replicar una frase dura con otra", dijo este lunes Cipriani.

Entre tanto, la Cruz Roja emitió un comunicado en el que señala que, con motivo de la Semana Santa, se modificaran las gestiones que realizan para comunicar a los rehenes con sus familiares.

Según dicho comunicado, este martes los familiares podrán enviarles cartas dos libros y ropa limpia a los guerrilleros presos, y recoger la ropa usada de la semana pasada, en tanto que el Viernes Santo sólo podrán recibir o remitir mensajes. (FIN/IPS/al/ag/ip/97

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