El Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), que mantiene cautivos a 72 rehenes en la embajada de Japón, parece haber seriamente herido las aspiraciones de Alberto Fujimori de ser electo por tercera vez presidente de Perú.
Analistas políticos y dirigentes de partidos de la oposición coinciden en ese sentido, aún si algunas encuestas indican que la mayoría de la opinión pública apoya al mandatario en el manejo de la crisis de la embajada, estallada el 17 de diciembre.
"El asunto de los rehenes en la embajada de Japón ha mellado rudamente uno de los argumentos electorales de Fujimori, quien se ufanaba de haber derrotado a la subversión, especialmente al MRTA. Es difícil que pueda revertir esta situación", comentó el analista Juan Gargurevich.
José Tassara, uno de los hombres de confianza del ex presidente socialdemócrata Alan García, considera a su vez que el desgaste de Fujimori se acelerará cuando concluya la crisis de los rehenes.
"La gente saldrá a las calles pare reclamar el cambio de la impopular política económica neoliberal" del actual presidente, como sucedió recientemente en Ecuador, donde Abdalá Bucaram fue derrocado por el parlamento tras el estallido de protestas populares.
Una encuesta del Instituto Analistas Consultores (IAC) sostiene que sólo 33,8 por ciento de los electores peruanos está de acuerdo en que Fujimori postule nuevamente a la presidencia en el 2000 y 62,5 por ciento condena incluso el hecho de que lo intente.
Sin embargo, el mismo sondeo indica que 65 por ciento de la población aprueba la gestión de Fujimori y 65,5 apoya su manejo de la crisis de los rehenes.
La encuesta del IAC señala que quienes apoyan la reelección de Fujimori dicen que votarán por él porque ha reactivado la economía nacional (31,4 por ciento), está realizando buena gestión (29,7) y ha pacificado al país derrotando al terrorismo (20,9 por ciento).
Quienes la rechazan invocan que hay mucho desempleo (37,5 por ciento), excesiva pobreza (14,5), el presidente es muy autoritario (12), el país no ha progresado (11) y los sueldos son insuficientes (8,5).
El principal obstáculo que debe enfrentar Fujimori en su afán reeleccionista es que la propia Constitución, que él mismo hizo reformar en 1993, prohibe que una misma persona ocupe la presidencia peruana tres veces consecutivas.
Para reformar esa disposición, más de 50 por ciento del electorado debe pronunciarse en ese sentido en un referéndum, y Fujimori no parece por el momento en condiciones de reunir esos apoyos.
Un punto a favor del jefe de Estado es que no cuenta con un adversario de fuste.
Ninguno de los partidos tradicionales aparece con opción en el horizonte electoral de este país.
Los analistas anticipan que en los comicios del 2000 esos dirigentes participarán detrás de algún independiente, aunque con listas parlamentarias propias.
Dirigentes de la oposición de derecha o centroderecha rechazan la posibilidad de que Fujimori siga al frente del país pero comparten globalmente sus orientaciones.
Según el congresista Rafael Rey, del partido Renovación, vinculado al movimiento católico conservador Opus Dei, "la ciudadanía esta fatigada del estilo autoritario de Fujimori, pero respalda su política de gobierno".
El legislador considera que hay espacio para promover el surgimiento de un movimiento "fujimorista sin Fujimori", que, según los observadores, el propio Rey aspiraría a dirigir.
El ex secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, derrotado por Fujimori en 1995, sostiene a su vez que de acceder a la presidencia mantendría la línea económica actual peese a que daría mayor participación al Estado en políticas sociales.
Muy otra es la orientación del socialdemócrata partido Aprista, que estarían sondeando la posibilidad de un frente centroizquierdista contra Fujimori.
Desde su exilio en Colombia, Alan García, dirigente de un ala del aprismo, inició una campaña contra Fujimori, del cual rechaza no sólo su estilo autoritario sino también sus orientaciones económicas.
Tradicionalmente ese partido controló un tercio del electorado pero ahora, según las encuestas, atrae a menos de tres por ciento de los peruanos. (FIN/IPS/al/dg/ip/97