El gobierno, la oposición y los militaresde Paraguay están involucrados en los procesos de corrupción, una herencia de 35 años de dictadura que parece difícil dejar en el pasado, afirmó hoy en Uruguay el contralor general de ese país Daniel Fretes.
"La corrupción tiene raíces muy profundas en Paraguay como resultado directo de la dictadura de Alfredo Stroessner, quien ejerció un fuerte paternalismo sobre toda la sociedad", dijo este ex profesor universitario de 56 años a IPS.
Stroessner, que gobernó entre 1954 y 1989 se encuentra asilado en Brasil, pero "su sombra aún se proyecta sobre Paraguay", señaló Fretes.
El contralor general, cargo al que accedió en septiembre de 1995, tiene facultades similares a las de un ombudsman y es designadp por mayoría asboluta de la Cámara de Representantes con una propuesta del Senado de una terna de candidatos.
Quien ocupa esa función goza de las mismas inmunidades que el Presidente de la República, su gestión coincide con el período de gobierno y sólo puede ser destituído por juicio político.
Fretes llegó esta semana a Montevideo para entrevistarse con organismos del Estado uruguayo con funciones similares a la suya y realizar contactos con organismos internacionales.
"Nuestro objetivo es lograr el respaldo de organismos internacionales de cooperación para que la administración y los organismos paraguayos sean absolutamente transparentes ", explicó.
El funcionario busca el respaldo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Internamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial y la Unión Europea.
Desde que asumió el cargo, Fretes impulsó casi un centenar de denuncias de corrupción por unos 1.000 millones de dólares quederivaron en unos pocos procesos.
El avance de esas denuncias se traba debido a la burocracia del Poder Judicial, donde "también existen jueces venales", aunque "no puede decirse que la institución en sí sea corrupta", dijo.
"Como siempre", la corrupción "comienza por la cúpula" y desde allí se extiende, tanto en el ámbito estatal como en el privado, estimó.
Tanto las denuncias formuladas contra la administración del presidente Juan Carlos Wasmosy como contra algunos de sus opositores, por ejemplo el general Lino Oviedo, "pueden tener asidero", señaló.
En 1995 Oviedo encabezó una revuelta contra Wasmosy y tras una sanción impuesta por el presidente desarrolla ahora una campaña política con el objetivo de alcanzar la primera magistratura del país.
Fretes argumentó que Oviedo "tenía una participación directa en el gobierno, en el que comandaba el ejército heredado de Stroessner, acostumbrado a actuar al margen del Ejecutivo".
Dentro de las facultades constitucionales del contralor también se encuentra la de controlar a las Fuerzas Armadas en sus gastos y funcionamiento administrativo.
En el gobierno "puede haber corrupción porque tiene el aparato del Estado a su disposición y vinculación directa con grandes negocios, locales e internacionales, en los que se manejan grandes sumas de dinero", destacó.
A su vez, en el Poder Legislativo que lo designó "es probable" que exista corrupción en forma individal, pero no institucional, porque funcionan los controles internos.
Entre las irregularidades más frecuentes en su país Fretes mencionó "los enormes sobrecostos" en las compras para el Estado, licitaciones fraguadas, organizaciones que modifican el arancel de determinadas mercaderías para abonar menos impuestos y entrega de dinero para obtener favores de los funcionarios.
Como una "currupción con mayúsculas" calificó a la que se descubrió recientemente en el Banco Central del Paraguay.
Las maniobras en la autoridad monetaria incluyen emisiones inorgánicas, la autorización para hacer circular dinero sin cobertura y la "fuga" de capitales hacia empresas privadas inexistentes.
Pese a las "trabas, presiones y dificultades" que encuentra en cada uno de los casos que se busca investigar, Fretes cree que "un Paraguay transparente está cada vez más cerca". (FIN/IPS/rr/dg/ip/97)