El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, excluyó a Israel de la lista de países invitados a la conferencia internacional que se celebrará este fin de semana en Gaza para evitar el colapso del proceso de paz.
Los negociadores de la ANP (Autoridad Nacional Palestina) auguran la postergación de las negociaciones sobre el futuro de Jerusalén, los asentamientos judíos en Cisjordania y Gaza y los refugiados palestinos en el exterior, cuyo inicio está previsto para el lunes 17.
Arafat convocó este miércoles, 24 horas después de la suspensión de todo contacto de alto nivel con autoridades israelíes, a diplomáticos de Europa, Egipto, Estados Unidos y Japón a una reunión en Gaza.
El rey Hussein de Jordania afirmó, también el martes, que no tenía ni "una onza de confianza" en el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, cuyo aislamiento internacional crece desde que asumió el gobierno el año pasado.
Las últimas resoluciones de la ANP y las declaraciones de Hussein dejaron en evidencia la profundización de la crisis luego que el gabinete israelí decidió el día 7 retirar sus tropas de apenas nueve por ciento del territorio de Cisjordania.
"Francamente, estoy harto de la idea de que todo lo que hacemos es una violación del acuerdo de paz y todo lo que hacen los palestinos cumple con el acuerdo", replicó Netanyahu durante una visita a Moscú.
Arafat, que esperaba que la ANP tomaría el control de alrededor de 30 por ciento del territorio de Cisjordania en esta instancia, calificó la retirada de tropas planificada por Israel de "trampa" a la que atribuyó la finalidad de engañar al mundo.
La ANP controla hoy por sí sola ocho ciudades en Cisjordania, las que representan alrededor de 2,8 por ciento de esa región. Otro 24 por ciento es administrado en conjunto por palestinos e israelíes. El resto, 73,2 por ciento, está aún ocupado por Israel.
La retirada de tropas planificada por el gabinete de Netanyahu es la primera de las tres que Israel debe implementar bajo los términos del acuerdo de paz de 1995.
La decisión del gobierno israelí atribuye a la ANP el control total de siete por ciento de territorio cisjordano que hasta ahora está administrado por las dos partes. La medida eleva el dominio absoluto de la ANP a 10 por ciento de la zona.
Además, otro dos por ciento del territorio, hoy ocupado por Israel, se convertirá en zona de control conjunto.
"No necesitamos que los israelíes se retiren de áreas bajo control conjunto. Queremos que se retiren de zonas que están ocupadas, que constituyen más de 70 por ciento de Cisjordania. Si nos dan dos por ciento cada vez, nunca abandonarán Cisjordania", dijo el negociador palestino Saeb Erekat.
La convocatoria de Arafat a los diplomáticos a Gaza para este sábado constituye una presión adicional sobre Israel.
Estados Unidos, principal patrocinante del proceso de paz, anunciaron que concurrirán a la conferencia a pesar de que respalda a Israel en su estrategia de retiros limitados.
El secretario del gabinete de Netanyahy, David Naveh, dijo que el gobierno recibiría con beneplácito la mediación de Washington, pero alertó que las gestiones palestinas dirigidas a involucrar a otras naciones "estarán destinadas al fracaso".
Estados Unidos recomendó a Israel que, para desbloquear el proceso, conceda el postergado permiso para construir un puerto marítimo palestino y un aeropuerto en Gaza, abra un "pasaje seguro" entre Gaza y Cisjordania y cese las ocupaciones de territorios en conflicto.
En una dura carta, Hussein acusó a Netanyahu de "destruir la paz" y "humillar deliberadamente" a los palestinos.
"La angustia que me provocan sus acciones es genuina y profunda", escribió el rey de Jordania. Esta carta fue la condena más fuerte a Israel desde que ambos países firmaron un acuerdo de paz y marcó el punto más bajo de una relación considerada buena.
Hussein goza de una imagen positiva entre el público israelí. El gobierno de Netanyahu apela con frecuencia a la moderación jordana para contrarrestar la dureza de Egipto, el otro país árabe con el que Israel ha firmado un acuerdo de paz.
Pero Israel anunció que no revertirá su decisión de limitar el retiro de tropas a nueve por ciento de Cisjordania, a pesar del bloqueo de las negociaciones.
La decisión de Arafat de suspender los contactos con el gobierno de Netanyahu no impedirá las gestiones en los niveles más bajos, como los patrullajes policiales palestino-israelíes en las zonas bajo control conjunto, que, sin embargo, también corren peligro.
El retiro limitado de tropas fue resuelto pocos días después del inicio de la construcción de 6.300 viviendas en una zona mayoritariamente árabe al sur de Jerusalén oriental, que, según los palestinos, es un asentamiento ilegal que perjudicará su posición en las negociaciones sobre el futuro de la ciucad.
Israel y los palestinos acordaron discutir a partir de este lunes el futuro de Jerusalén, la que ambas partes consideran su capital. En esta nueva rueda de negociaciones también se considerará la situación de los asentamientos judíos en Cisjordania y Gaza y de los refugiados palestinos.
Pero Erekat y el ex negociador palestino Ahmed Qurie dudan que estas conversaciones comiencen en la fecha prevista.
"Nunca he sido tan pesimista como hoy. Si esto continúa, frenaremos todo, incluso la coordinación en materia de seguridad, y pediremos un arbitraje", dijo Qurie. (FIN/IPS/tra- en/dho/rj/mj/ip/97