Jeanet García sufre a medida que el calendario se acerca al 1 de abril. Unos 60.000 emigrantes nicaragüenses podrían ser deportados a partir de ese día de Estados Unidos.
"Ni quiera Dios", dice afligida García. "Si mandan de vuelta a mi tía, se me cae el mundo encima, ya que mi marido y yo estamos desempleados, y ella me ayuda a mantener a mis hijas", de ocho y 10 años.
Su tía, residente ilegal en Los Angeles desde hace 10 años, le envía mensualmente cerca de 100 dólares, y de vez en cuando algunas prendas para las niñas.
"Estos vestiditos no se los podría comprar, pues aquí son muy caros", dice García. "Si no fuera por mi tía, mis hijas andarían desnuditas".
Una nueva ley de migración, que entrará en vigor en Estados Unidos el mes próximo, amenaza a cientos de miles de latinoamericanos indocumentados, la mayoría mexicanos, que podrían ser expulsados.
El presidente Arnoldo Alemán, el parlamento y la cancillería de Nicaragua solicitaron a las autoridades estadounidenses que eviten la deportación masiva de nicaragüenses, que tendría graves consecuencias para este país.
"Estamos muy preocupados", confesó el canciller Emilio Alvarez Montalván.
"Realizamos esfuerzos, gestiones, para que (la deportación) se retrase y sea más lenta", pues el regreso de los emigrantes nicaragüenses "aumentaría el desempleo y la violencia", dijo Alvarez Montalván.
Los cancilleres centroamericanos se reunirán en Washington con la secretaria de Estado Madeleine Albright, en procura de evitar la expulsión en masa de los indocumentados.
La nueva legislación amenaza a 165.000 guatemaltecos, 90.000 hondureños, 60.000 nicaragüenses y 335.000 salvadoreños que residen de modo irregular en Estados Unidos, según información oficial de Washington.
Novecientos treinta nicaragüenses fueron deportados en los últimos añós de Estados Unidos y 69.000 de Costa Rica, otro importante destino de los emigrantes que abandonan este país.
María Rosa Renzi, economista y analista independiente, advirtió que el retorno masivo de emigrantes de Estados Unidos tendría fuerte impacto en las familias más pobres de Nicaragua.
Treinta por ciento de los hogares nicaragüenses dependen de las remesas de familiares radicados en el exterior, señaló Renzi. Casi 60 por ciento de la ayuda consiste en dinero, y 28 por ciento, en ropa y medicamentos.
Al profundizarse la crisis económica, la ayuda de los familiares que viven fuera del país empezó a tener un peso considerable", dijo Renzi a IPS.
La deportación masiva de nicaragüenses en Estados Unidos tendría en un primer momento efecto expansivo en la economía familiar, ya que los emigrantes volverían con sus ahorros y los invertirían en negocios pequeños, destacó la experta.
Pero, "si esa inyección no se acompaña de una reactivación efectiva de la producción local, ya sea con capitales nacionales o extranjeros, sería un boom bastante efímero", puntualizó.
Las autoridades estadounidenses calculan en casi 400 millones de dólares el monto de las remesas que los nicaragüenses residentes en Estados Unidos hacen llegar anualmente a sus familiares, informó Carlos Jiménez, gerente de la empresa Pinolero Delivery.
"El dinero que se recibe nunca ha significado una inversión de capital en Nicaragua, sino un paliativo ante la crisis económica y el desempleo", comentó Jiménez al mensuario Observador Económico.
Agregó que las empresas de correo privado entregan mensualmente en Nicaragua 60.000 remesas familiares, procedentes principalmente de Estados Unidos y Costa Rica. (FIN/IPS/rf/ff/pr/97