Un cuerpo inspectivo de la ONU detectó gastos excesivos, extravagancias y sobrecostos en el funcionamiento del Tribunal Internacional para la antigua Yugoslavia, que considera los actos de genocidio cometidos en ese territorio.
La Oficina Interna de Servicios de Supervisión de la ONU (OIOS) afirma que identificó al menos seis millones de dólares de gastos injustificados en el tribunal.
La corte con sede en La Haya, Holanda, fue creada en 1993 por el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de Naciones Unidas) como respuesta a las acusaciones de asesinatos en masa de bosnios.
La OIOS afirmó que los funcionarios del cuerpo judicial no justificaron adecuadamente la necesidad de construir una segunda sala de sesiones a un costo de alrededor de 5,5 millones de dólares, que ni siquiera se condicen con los costos totales del tribunal.
En un estudio de 26 carillas, la OIOS estableció que las medidas adoptadas para mejorar el sistema de transmisión y registro de los procedimientos del órgano son casi 20 veces más costosas que lo convenido.
El tribunal, por un lado, procuró 325.000 dólares de equipamiento para su sala de sesiones, pero tras la revisión de la OIOS adecuó la cifra a 30.000 .
El cuerpo reclamó un presupuesto total de 68,7 millones de dólares para 1997, lo que supone un incremento de 33,3 millones respecto de lo gastado el año anterior.
La OIOS afirmó que los salarios estimados originalmente (2,2 millones de dólares) incluyeron "provisiones innecesarias para un juez adicional" (145.000 dólares) y fondos de retiro para aquellos jueces que no abandonarían el cargo (140.000 dólares).
El tribunal cuenta con 384 funcionarios, de los cuales 149 son profesionales y 168 administrativos. El resto son técnicos y asistentes legales, en su mayoría aportados por los gobiernos.
El portavoz de la ONU, Fred Eckhard, dijo que el tribunal tuvo problemas de personal y pudo funcionar con los empleados que aportaron los países miembros. "Es tiempo que esos funcionarios sean contratados, pero esa transición se enlenteció por carencias de dinero", agregó.
Los siete jueces presididos por Antonio Cassese juzga actualmente a tres bosnios y un croata acusados de crímenes de guerra.
El ex fiscal del tribunal, el sudafricano Richard Goldstone, afirmó que existen también problemas de credibilidad, pues de los 75 acusados de crímenes de guerra apenas se arrestó a siete.
El líder de los serbios en Bosnia, Radovan Karadzic, el jefe del ejército serbobosnio, general Ratko Mladic, y el líder de los croatas en Bosnia, Dario Kordic, aún están libres.
"Si no se producen arrestos importantes, el tribunall se verá impedido de desarrollar sus obligaciones", manifestó Goldstone.
El fiscal dijo al diario The New York Times que la credibilidad del Consejo de Seguridad también está a prueba pues sus resoluciones son desobedecidas tanto por Serbia, Croacia y los serbios y croatas en Bosnia-Herzegovina.
Goldstone sostuvo que no es demasiado tarde para que los países de Occidente, en particular Estados Unidos, demuestren voluntad política de que esos arrestos se realicen, para que el tribunal cumpla su misión.
"Cientos de millones de vidas deben ser salvadas en el nuevo milenio, y las perspectivas para el establecimiento de un tribunal internacional criminal permanente es nuestra mayor esperanza", agregó. (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/mj/ip/97