NACIONES UNIDAS: Se formaliza propuesta de restricción del veto

Las restricciones al poder de veto de las cinco potencias nucleares en el Consejo de Seguridad de la ONU dejaron de ser una aspiración y se convirtieron en una propuesta concreta que el foro mundial deberá discutir.

El presidente de la Asamblea General y del Grupo de Trabajo sobre Reformas al Consejo de Seguridad, el malayo Razali Ismail, reveló el primer proyecto serio en ese sentido luego de tres años de deliberaciones en torno al único organismo de la organización capaz de declarar una guerra o una paz.

La propuesta de Razali, expuesta ante los representantes de los 185 países de la ONU este jueves, incluye la ampliación del Consejo de sus actuales 15 integrantes a 24, la designación de cinco países como nuevos miembros permanentes sin poder de veto y restricciones en el uso de esa facultad.

Pero Estados Unidos adelantó que rechazará cualquier corte al poder de veto e Italia manifestó su oposición a la creación de un "sistema de tres clases" en la ONU. Otros países, como Pakistán, se niegan a ceder un asiento permanente a Alemania pues desequilibraría el Consejo en beneficio de la Unión Europea.

"Necesitamos fortalecer la representatividad, credibilidad, legitimidad y autoridad del Consejo de Seguridad", sentenció Razali.

El Grupo de Trabajo, que comenzó a debatir en enero de 1994, deberá aprobar la iniciativa de Ismail antes de someterla a la Asamblea General de la ONU para su ratificación a fines de año.

Una reestructura del Consejo requerirá una enmienda a la Carta de las Naciones Unidas, la cual podría ser vetada por cualquiera de los cinco miembros permanentes.

El Consejo de Seguridad tiene hoy cinco miembros permanentes que cuentan con poder de veto (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) y otros 10 no permanentes elegidos cada dos años sobre la base de la rotación geográfica.

De los nueve nuevos miembros, cinco serán ubicados en asientos permanentes, aunque no contarán con poder de veto, lo que supone la creación de una nueva categoría de integrantes del Consejo.

Dos de los nuevos miembros permanentes serán países industrializados y los restantes tres procederán respectivamente de Africa, Asia y América Latina y el Caribe, regiones en desarrollo.

"Algunos podrán decir que propongo una sub-categoría de miembros permanentes que es discriminatoria entre los originales y los nuevos. Así sea", afirmó Razali.

"De todos modos, como el uso del veto recibe condenas de forma persiste y virtualmente universal, creo que sería inconsistente e inaceptable tanto del punto de vista lógico como moral otorgar esa facultad a los nuevos miembros permanentes", agregó.

La mayoría de los países del mundo industrializado está de acuerdo en que Alemania y Japón sean sus nuevos representantes permanentes. Los restantes serán elegidos respectivamente por los bloques asiático, africano y latinoamericano-caribeño.

Los siete países en desarrollo que manifestaron hasta ahora interés en esos escaños son los asiáticos India e Indonesia, los africanos Egipto, Nigeria y Sudáfrica y los latinoamericanos Argentina y Brasil.

Se considera también que uno, dos o los tres escaños permanentes del mundo en desarrollo sean, a su vez, rotativos si las respectivas regiones no se ponen de acuerdo en la designación de sus representantes.

Razali propuso, además, que los futuros vetos se ejerzan solo en cuestiones relacionadas con el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que trata sobre las amenazas a la paz y la seguridad internacional.

Si esta norma hubiera regido el año pasado, Estados Unidos no habría podido vetar la reelección del entonces secretario general de la ONU, el egipcio Boutros Boutros-Ghali, cuando el voto negativo del país norteamericano se opuso a los restantes 14 del Consejo de Seguridad.

"Creo que las funciones y responsabilidades que derivan de la membresía permanente en el Consejo de Seguridad deben disociarse del poder de veto", dijo Razali.

El embajador de Estados Unidos ante la ONU, Bill Richardson, había alertado el día 11 que su país no tolerará ningún intento de rebajar los derechos y el poder de veto de que disponen las cinco grandes potencias en el Consejo de Seguridad.

"No deberá haber ningún cambio en la condición, las obligaciones o los privilegios de los actuales miembros permanentes del Consejo. No podemos aceptar, y no aceptaremos, ningún cambio a la Carta que afecte nuestras prerrogativas", dijo Richardson ante el Grupo de Trabajo.

El diplomático estadounidense afirmó que Washington respalda la ampliación del órgano, tanto en lo que refiere a miembros permanentes como rotativos, pero que se negará a que se conceda el poder de veto a países en desarrollo.

Pero Italia, que se ha opuesto permanentemente al otorgamiento de asientos permanentes a Alemania y Japón y propone que solo se aumente el número de miembros rotativos, se opuso a las propuesas del embajador malayo por razones que no tienen relación con las expuestas por Washington.

El embajador de Italia ante la ONU, Paolo Fulci, dijo este jueves que el cuerpo mundial crearía, de ese modo, un nuevo sistema de clases en el Consejo de Seguridad.

La "primera clase" se integraría por los cinco miembros permanentes con poder de veto, que mantendrían sus actuales derechos, privilegios e inmunidades. La "segunda clase", por los cinco miembros permanentes sin esa facultad, que contarían con sus escaños por toda la eternidad.

Al final se ubicarían los de la "tercera clase", los 175 miembros de la ONU que continuarían compitiendo duramente para obtener un turno en la rotación geográfica.

Fulci se preguntó cómo los embajadores de estos 175 países ante la ONU podrían explicar a sus compatriotas que levantaron la mano con plena libertad y sin coerciones para convertir a sus países en un país de "tercera clase".

"¿Cómo nos juzgará la historia a nosotros y a nuestro trabajo si fuéramos condenados por nuestros pueblos porque relegamos a nuestros países a una membresía de tercera clase en la máxima organización mundial?", se preguntó el diplomático italiano.

La actual proporción entre miembros permanentes y rotativos es de dos a uno, recordó Fulci. "La propuesta reduciría esa proporción a 1,5 a uno. Más que dirigirse hacia el nuevo milenio, esta iniciativa hace retroceder el reloj", afirmó. (FIN/IPS/tra- en/td/yjc/mj/ip/97

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