La Organización de Naciones Unidas (ONU) distribuye con lentitud los 144 millones de dólares de indemnizaciones a los expatriados, en su mayoría del mundo en desarrollo, que huyeron de Medio Oriente durante la crisis en el Golfo entre 1990 y 1992.
La Comisión de Compensaciones de la ONU con sede en Ginebra anunció el miércoles que los pagos se dirigirán a 63 gobiernos que, a su vez, los distribuirán a 57.636 trabajadores extranjeros que debieron abandonar sus empleos, ahorros y propiedades en el Golfo luego que Iraq invadió Kuwait en agosto de 1990.
Egipto recibirá, por tener entonces el mayor contingente de expatriados en esa región, la partida más cuantiosa, con 58,3 millones de dólares. Le siguen en la lista Sri Lanka, con 15,9 millones, India, con 15,5 millones, y Bangladesh, con 11,4 millones de dólares.
Los reclamantes obtendrán, en principio, pagos de hasta 2.500 dólares, pero aquellos cuya indemnización supere esa cifra recibirán pagos adicionales con posterioridad.
La financiación fue posible debido al levantamiento temporario del embargo comercial dispuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU contra Iraq.
Con la fórmula "petróleo por alimentos", aprobada el año pasado, el Consejo autorizó la venta de 1.000 millones de dólares de combustible cada 90 días. La mayoría de los ingresos por estas operaciones se destinarán a cubrir las necesidades alimentarias y de medicinas del país.
Treinta por ciento de las ventas se dirigirá al pago de indemnizaciones bajo control de la ONU.
Más de dos millones de reclamos por un total de más de 200.000 millones de dólares fueron entregados a la comisión en Ginebra, la mayoría de los cuales procedían de empresas y gobiernos.
Las solicitudes "cubren 20 canchas de fútbol", dijo el secretario ejecutivo de la Comisión, el peruano Carlos Alzamora.
La empresa petrolera Kuwaiti Oil Company reclama 956 millones de dólares, el costo del abatimiento de los incendios de pozos de petróleo provocados por las tropas iraquíes en retirada. Kuwait, en total, solicita 100.000 millones de dólares.
Pero la comisión dio prioridad a los reclamos individuales, procedentes en su mayoría de trabajadores expatriados de Egipto, Sri Lanka, India, Filipinas, Bangladesh, Pakistán y Jordania.
Estos trabajadores fueron obligados a abandonar sus empleos luego de la invasión de Iraq, que provocó la guerra contra ese país entablada por una coalición de naciones encabezada por Estados Unidos.
Los reclamos se refieren al período entre el 2 de agosto de 1990, cuando se produjo la invasión, hasta el 2 de marzo de 1991, cuando acabó la guerra. La comisión comenzó a recibirlos desde enero de 1992.
En 1995, la comisión concretó el pago correspondiente a los reclamos humanitarios más urgentes, referidos a muertes y heridas graves. Pero antes de proceder a las entregas se debe verificar la justificación de las compensaciones.
"Un millonario kuwaití reclamó millones de dólares por las joyas que su esposa guardaba en el sótano. Pero no tenemos documentos ni recibos", recordó Alzamora.
Otro de los reclamos fue efectuado por una mujer de Praga que, aseguró, tuvo un accidente de tránsito mientras conducía su automóvil y escuchó por radio la noticia de la invasión a Kuwait.
La comisión deberá recibir información de los 63 gobiernos respecto de la distribución de las indemnizaciones, que deberá concretarse dentro de los seis meses posteriores al pago que se efectúe a los países.
"Si el Consejo de la Comisión de Compensaciones no recibe explicaciones satisfactorias sobre omisiones de pago o si un país no entrega informes completos sobre la distribución, podría decidirse la suspensión de las entregas a ese país", informaron fuentes de la comisión. (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/mj/ip/97