Las Fuerzas Armadas de México realizan una purga interna para liberarse del narcotráfico. Mientras lo hacen y entre denuncias de abusos, analistas e historidores recuerdan que los vínculos entre drogas y militares es tan añeja como la revolución de principios de siglo.
Ubicados en el centro de la polémica tras la detención del general Jesús Gutiérrez -jefe de la oficina antidrogas- por sus presuntas relaciones con las mafias, los militares limpian su casa en el marco de una reestructuración de todos los cuerpos de seguridad ordenada por el gobierno.
Organismos humanitarios recibieron los últimos días denuncias de familiares de unos 50 militares o agentes que tenían relación con Gutiérrez, quien en más de cuatro décadas de servicio fue distinguido con condecoraciones y elevado a categoría de "militar intacahable" .
Las acusaciones contra las Fuerzas Armadas, difundidas este martes, van desde realizar detenciones violentas y ordenar allanamientos de morada, hasta incomunicar a los detenidos y mantener desaparecidos a siete militares.
Versiones de la prensa local y estadounidense afirman que los planes oficiales de reestructuración de los organismos de seguridad son parte de los compromisos asumidos por México para obtener la certificación antidrogas de Washington, otorgada por undécimo año consecutivo el pasado viernes.
Calificado por sus mandos como un hecho vergonzoso dentro una institución de "respetabilidad indudable", la detención de Gutiérrez es apenas uno de los episodios que hablan de la vieja relación entre los militares mexicanos y las drogas.
Aunque es menos grave y evidente que la relación de las mafias con la policía y los políticos, la establecida entre militares y narcotraficantes existe y ha ido "del enfrentamiento total a la total complicidad", señala Jorge Chabat, jefe del Centro de Investigación y Docencia Económica de México.
Atrás quedaron las épocas de la revolución mexicana -en las dos primeras décadas del siglo- cuando los soldados fumaban marihuana entre batalla y batalla. En esos años la hierba no era ilegal y se le atribuían propiedades medicinales.
"El Ejército mismo ha sido un consumidor de drogas, era parte de su cultura y no necesariamente malo", recuerda el historiador del Colegio de México Lorenzo Meyer en entrevista con el diario Reforma.
Los problemas surgen cuando Estados Unidos declara la guerra a las drogas. Es entonces que en México se criminaliza el consumo y la distribución de los estupefacientes, apunta el historiador.
Un informe de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) de 1951 señala que los cuerpos de inteligencia de México, así como los organismos de seguridad, donde había presencia militar, se ocupaban de cobrar sobornos y algunos de sus jefes conducían actividades de narcotráfico.
Los historiadores recuerdan que el general y presidente de principios de siglo Victoriano Huerta consumía drogas y que el general Carlos Riva Palacio, secretario de Gobernación en 1931, renunció por un escándalo de tráfico de drogas.
En los años 40 fueron involucrados con el ilícito negocio el general Pablo Macías y Rodrigo Quevedo, cuando ejercían como gobernadores.
Meyer señala entre los hechos significativos que demuestran las relaciones entre militares y narcos destaca uno registrado en 1984.
En ese año se descubrió un rancho donde se cultivaban 10.000 hectáreas de marihuana que era resguardado por un regimiento de caballería de las Fuerzas Armadas.
Como reacción al descubrimiento fue torturado y asesinado el agente de la agencia antidrogas de Estados Unidos Enrique Camarena, lo que generó presiones de Washington, sostiene Meyer.
En el México actual existe una lucha entre carteles en la que "a veces, se usa a policías y soldados como tropas de los capos" narcotraficantes, agrega el historiador.
El general Gutiérrez, detenido en febrero luego que recibió información confidencial de los aparatos de seguridad de México y Washington, es acusado de proteger al nacotraficante Amado Carrillo, uno de los más importantes exportadores de cocaína a Estados Unidos
Un documento de la Iglesia Católica mexicana titulado "Instrucción pastoral sobre la violencia y la paz" difundido hace tres años indicaba que funcionarios públicos y mandos militares habían sido comprados o "asociados" por el narcotráfico. (FIN/IPS/dc/dg/ip/97)
