Un juez de México ordenó hoy liberar a dos sacerdotes y dos dirigentes indígenas acusados de participar en una emboscada a policías en el sureño estado de Chiapas, mientras la guerrilla zapatista se niega al diálogo con el gobierno, pues "no cumple su palabra".
La libertad de los sacerdotes fue saludada por la Iglesia Católica, organizaciones sociales y dirigentes políticos de oposición, que consideran que la detención sólo amentó la tensión en Chiapas, donde la guerrilla y el gobierno no tienen contacto directo desde septiembre.
Según el juez Fausto Blas, no se comprobó "suficientemente la probable responsabilidad penal de los detenidos", a quienes las autoridades de Chiapas acusaron de homicidio en grado de coparticipación y asociación delictiva, al señalarlos como organizadores de una emboscada en la que murieron dos policías.
La Iglesia Católica reclamó el martes la inmediata liberación de los sacerdotes jesuitas Gonzalo Rosas y Jerónimo Hernández, identificados con la Teología de la Liberación, detenidos el fin de semana, tras asegurar que no había pruebas en su contra.
Sectores de la oposición, grupos cercanos a las guerrilla zapatista y organizaciones indígenas señalaron que la detención de los sacerdotes y los dirigentes campesinos Ramón Parcero y Francisco González fue una provocación adicional del gobierno contra la guerrilla y los luchadores sociales de Chiapas.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) acusó este jueves al gobierno del presidente Ernesto Zedillo de mentir y de jugar "con la guerra en contra los indígenas mexicanos".
El EZLN rechazó la decisión de los mediadores del Congreso de retirar un proyecto de ley sobre derechos indígenas -redactado para cumplir el único acuerdo sobre el tema firmado entre la guerrilla y gobierno en 1996- por el rechazo que recibió del Ejecutivo, que consideró que pretende crear estados indígenas.
Según la guerrilla, la postura oficial demostró que "nunca hubo intención del Ejecutivo de cumplir los acuerdos y resolver el conflicto por la vía pacífica".
El EZLN no acepta que los mediadores propongan volver a empezar la negociación como si antes "no hubiera habido guerra, diálogo y negociación, traición y hostigamiento".
Si el gobierno no cumple su palabra "hace imposible la continuación del proceso de paz", según el EZLN, que señaló un cambio en la situación militar en Chiapas, con mayor presencia militar, "constantes patrullajes aéreos nocturnos y alianza descarada de guardias blancas (paramilitares) con policías".
El diálogo no puede seguir en las actuales condiciones pues "la confianza ha sufrido un golpe mortal", y el gobierno sólo pretende que se declare roto para justificar un ataque militar, añadió.
Pero "no nos rendiremos, pelearemos y moriremos si es necesario, pero habrá democracia, libertad y justicia para los pueblos indios y todos los mexicanos", declaró el EZLN. (FIN/IPS/dc/ag/ip/97