Arabia Saudita y organizaciones de socorro de la región del Golfo respondieron con alimentos y otros suministros de emergencia al pedido de Irán de ayuda para los sobrevivientes del terremoto que devastó el noroeste del país.
El sismo, de 7,3 grados en la escala de Richter, de 10, arrasó el viernes varias aldeas de montaña de la provincia de Ardabil, en el Azerbaiján iraní. Al menos 3.000 personas murieron, según cálculos de los socorristas.
La radio oficial de Irán informó que 2.000 personas resultaron lesionadas y miles de habitantes de la región, una de las más frías del país, perdieron su vivienda.
La catástrofe se produjo 16 horas después de que otro terremoto causara cientos de víctimas en la ciudad paquistaní de Quetta y en sus alrededores, cerca de la frontera sudoriental de Irán.
Arabia Saudita despachó a las dos áreas afectadas aviones cargados de suministros de emergencia, e instó a sus socios en el Consejo de Cooperación del Golfo a olvidar de momento los problemas diplomáticos con Irán y sumarse a la operación de ayuda.
Las relaciones entre los países árabes de la región del Golfo y Teherán son tensas desde que la revolución islámica de 1979 impuso en Irán un régimen fundamentalista controlado por los musulmanes chiítas.
Las monarquías árabes de la región son musulmanes sunitas y temen que su población chíita caiga bajo la influencia de su radical vecino.
"Tan pronto como fue informado de los terremotos en Irán y Pakistán, el rey Fahd ordenó el envió de dos aviones a cada uno de esos dos países (musulmanes) hermanos", señaló el diario Okaz, de Arabia Saudita.
Irán lanzó su pedido de auxilio a la comunidad internacional el martes, mientras la nieve, el frío extremo y la interrupción de las telecomunicaciones obstaculizaban el esfuerzo por localizar a los supervivientes del sismo y rescatar cadáveres de edificios derrumbados.
Aislado de Occidente y de los restantes países del Golfo, el gobierno islámico iraní siempre ha sido renuente a pedir ayuda, por temor a que se interpretara como señal de debilidad.
Teherán anunció que dispondrá unos 100 millones para la reconstrucción de la provincia de Ardabil. El ministro del Interior, Alí Mohammed Besharati, dijo a la agencia de noticias de Irán que unas 11.000 viviendas fueron reducidas a escombros por el terremoto, cuyos efectos se agravaron a causa de fuertes réplicas.
Vahid Dastjerdai, director de la Sociedad de la Media Luna Roja (Cruz Roja en los países islámicos) de Irán, informó que miles de voluntarios lograron llegar a la zona del desastre pese a las dificultades del terreno.
El anterior pedido de ayuda de Irán a la comunidad internacional se remonta a 1990, cuando otro sismo causó miles de muertes en el valle de Rudbar, cerca del mar Caspio.
Así mismo, 70 personas murieron y 25.000 perdieron su hogar el 4 de febrero, debido a un terremoto de 6,1 grados Richter en la nororiental provincia de Khorasan.
La embajada de Irán en Emiratos Arabes Unidos (EAU) abrió tres cuentas en dos bancos iraníes radicados en ese país para recibir ayuda voluntaria, informó a IPS un funcionario de esa representación diplomática,
Mientras, la sección en EAU de la organización francesa Médicos sin Fronteras (MSF) programó espectáculos para recaudar fondos de ayuda. MSF espera reunir 33.000 dólares sólo de la venta de entradas a los espectáculos previstos.
Voluntarios de MSF viajaron a Pakistán e Irán en transportes aéreos de ayuda. Otras organizaciones de socorro establecidas en EAU anunciaron que sumarán sus propias iniciativas a su respaldo su respaldo a la campaña por recaudar fondos.
Autoridades iraníes redactaron el martes en coordinación con la Organización de Naciones Unidas (ONU) una lista de suministros urgentes para los damnificados. Además de alimentos, Irán solicitó tiendas de campaña, mantas, medicamentos, equipos de calefacción y de bombeo de agua y vehículos todo terreno.
Agencias del sistema de la ONU ya libraron una ayuda por 450.000 dólares para los supervivientes del terremoto. (FIN/IPS/tra-en/am/an/ff/en/97
