Con la superación de la crisis financiera de México y los signos de fortaleza que muestran Canadá y Estados Unidos, la economía de América del Norte se enfila hacia la meta de conquistar entre 1997 y 1998 la más alta tasa de crecimiento económico en la última década.
Existen bases sólidas para el crecimiento económico, sobre todo como resultado de la recuperación de los mercados internos, los cuales, por primera vez desde 1994, tendrán una expansión significativa, señala un estudio realizado por investigadores de los tres países de la región.
Aunque vaticinan que Estados Unidos enfrentará problemas por incrementos de tasas de interés e inflación, consideran que el crecimiento promedio del producto interno bruto (PIB) en la región será de 3,5 por ciento en 1997 y de 3,3 en 1998, gracias a que las "tres economías cuentan con fuertes fundamentos económicos".
El estudio, al que accedió IPS en la capital mexicana, fue realizado por el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado de México, The Conference Board Inc. de Estados Unidos y The Conference Board of Canada.
Los expertos sostienen que en promedio el crecimiento del PIB de México será de casi cinco por ciento en los dos años próximos, mientras que el de Canadá será de 2,8 y el de Estados Unidos de 2,5 por ciento.
Los tres socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) serán actores cada vez más poderosos en la economía mundial, coincidieron en indicar los investigadores.
En los últimos 10 años, problemas financieros en México, país que en 1995 registró una caída de su PIB de casi siete por ciento, y en Estados Unidos, impidieron que se alcanzaran los récords que se esperan para el bienio 1997-98.
"Con pocos desequilibios en la actividad productiva", América del Norte mejorará su economía en 1997 "en paralelo al de la mayoría de países industrializados, con la posible excepción de Japón, golpeado por una ola de inestabilidad en el sector financiero", sostienen los expertos.
Entre los elementos que impulsarán a los norteamericanos se destacan la fortaleza del dólar que en 1996 se apreció 3,2 por ciento respecto a las monedas asiáticas debido a los problemas de Japón y a la "incertidumbre relacionada con el proyecto de la moneda única en Europa".
En los pronósticos se afirma que el dólar canadiense continuará mejorando debido al buen desempeño fiscal de ese país, mientras que el peso mexicano se debilitará un poco, pero se mantendrá estable.
Al plantear el escenario de la principales variables macroeconómicas de la región, que en 1996 registró un intercambio comercial superior a los 150.000 millones de dólares, los tres organismos de investigación estiman que se alcanzarán equilibrios importantes en el próximo bienio.
México, el país más rezagado, logrará que el consumo repunte 3,3 por ciento y la inversión 11,6 por ciento. El desempleo bajará de cuatro a 3,6 por ciento y la inflación anual caerá de 17,4 a 13 por ciento.
En Estados Unidos, en cambio, el consumo aumentará un promedio de 2,7 por ciento, la inversión 6,3, el desempleo se mantendrá en 4,7 por ciento y la inflación pasará de 3,6 a cuatro puntos anuales.
En el caso de Canadá, el consumo crecerá dos por ciento y la inversión 7,5 por ciento, mientras que la tasa de desempleo descenderá de 9,6 a nueve por ciento y los precios aumentarán dos por ciento.
Según el estudio, la economía de Estados Unidos inicia 1997 con un buen potencial de crecimiento, la de Canadá se fortalece debido al positivo desempeño de sus exportaciones y la de México registra "un notable aceleramiento", luego de la crisis de fines de 1994.
Basados en evaluaciones como la del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado de México y the Conference Board de Estados Unidos y Canadá, los gobiernos de México y Washington afirman que el TLC ha demostrado su éxito y que no debería ser modificado.
A mediados de año el Congreso de Estados Unidos hará un balance de los tres años del instrumento. Empresarios, sindicatos, políticos y diputados de los dos países vecinos pedirán modificaciones.
Los críticos del TLC sostienen que el intrumento de integración no mejoró en los niveles ofrecidos los salarios ni los empleos, aumentó la dependencia económica y comercial de México respecto a Estados Unidos y criminalizó la libre movilidad de los trabajadores. (FIN/IPS/dc/jc/if/97