El mundo celebra la recuperación del crecimiento económico desde 1992, pero sigue el mismo camino de los países industrializados, que ya se sabe insostenible, advirtió hoy Maurice Strong al inaugurar en esta ciudad el Foro "Río más cinco".
"El cambio de rumbo no se ha hecho", subrayó Strong, organizador de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo que tuvo lugar en la misma ciudad de Río de Janeiro en junio de 1992 y quien ahora preside este foro y el no gubernamental Consejo de la Tierra.
"Se ha hecho menos que lo deseable, pero los avances fueron suficientes para obstruir el camino de vuelta", señaló el ministro brasileño de Medio Ambiente, Gustavo Krause.
El Foro "Río más cinco" reúne hasta el miércoles próximo en Río a unos 500 representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG), consejos nacionales de desarrollo sostenible cuya implantación se decidió en 1992, asociaciones empresariales y organismos de Naciones Unidas (ONU).
El encuentro fue inaugurado con un acto espiritual de los indígenas brasileños, que además de bendecir la reunión, reclamaron tierra y condiciones para su sobrevivencia, amenazada en todo el mundo.
Un grupo de baile de Bahía, el estado brasileño de mayor influencia cultural africana, también actuó antes de la proyección de un video producido por el Consejo de la Tierra, que destacó los retos ambientales y sociales que enfrenta el mundo.
Un cuarto de la población consume la mayor parte de los recursos mundiales y produce tres cuartos de la basura, hay países donde la emisión de gases de efecto invernadero aumentó 40 por ciento desde 1992 y 10 millones de hectáreas de bosques siguen desapareciendo anualmente.
Además, hay 1.500 millones de personas viviendo en áreas de contaminación muy peligrosas, 1.000 millones sin agua confiable y 2.000 millones sin saneamiento, destacó el video.
Hay que "reinventar la civilización industrial que produjo tantos beneficios pero también muchos riesgos para el futuro", sostuvo Strong, quien hizo un llamado a pasar "de la retórica a la acción".
También hay buenas noticias, como que más de cien países crearon sus consejos de desarrollo sostenible y 1.800 ciudades adoptaron sus agendas 21, pero las malas siguen predominando, añadió.
Esta reunión, interconectando experiencias variadas de distintos sectores, puede producir un "programa sistémico", que comprenda el conjunto de todos los procesos, algo que los gobiernos y la ONU no lograron, por seguir tratando "cuestión por cuestión, sectorialmente", señaló Strong.
Una nueva ética es indispensable para la sostenibilidad, destacaron Krause y el presidente del Comité Brasileño Anfitrión del Foro, Israel Klabin, que también preside la Fundación Brasileña para el Desarrollo Sostenible, una ONG que reúne principalmente a empresarios.
Democracia y equidad son aspiraciones y bases del futuro que se busca, hay que generar "una cultura de la sostenibilidad", convocó el ministro brasileño, tras observar un conflicto que se agrava con la globalización entre "la exigencia de eficiencia, el máximo económico y el mundo de los valores".
"La política que va quedando atrás" en un mundo de tantas transformaciones, dijo Klabin, quien lamentó que los acuerdos de la Cumbre de 1992 no avanzara.
"La Convención de Biodiversidad está en un impase, los gases del efecto invernadero no tienen como ser absorbidos", afirmó.
Katia Drager Maia, secretaria del Foro Brasileño de ONG, declaró que "un futuro sostenible exige asociación y no se puede preverlo, pero sí inventarlo".
El gobernador del estado de Río de Janeiro, Marcello Alencar, clausuró la sesión inaugural dando la bienvenida a los delegados de unos 80 países y señalando que promover "un progreso compatible con la vida exige transformaciones culturales profundas". (FIN/IPS/mo/ag/en/97