FORO RIO+5: Banco Mundial debe presionar por calidad de proyectos

"El Banco está abierto, somos autocríticos", dijo hoy James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, a los ambientalistas y organizaciones no gubernamentales (ONG) reunidos en el foro internacional Río más Cinco, en esta ciudad.

Wolfensohn manifestó que cuando viaja a países en desarrollo para discutir las políticas de su institución, la primera hora de reuniones se dedica generalmente a criticar las políticas del Banco. En ese sentido, el foro en curso ofreció pocas sorpresas.

"El Banco Mundial intenta por todos los medios escuchar y ser menos arrogante", expresó Wolfensohn, y agregó que su agencia trata ahora de "concentrarse en las necesidades de los pobres, y no sólo en el crecimiento económico".

No obstante, Ahora Te Paraeke Mead, del Congreso Maorí de Nueva Zelanda, opinó que el llamado de Wolfensohn a la creación de políticas más responsables hacia el desarrollo y el medio ambiente es "un intento por poner una fachada elegante delante de medidas que han sido muy destructivas".

Las ONG tampoco se dejaron convencer por la preocupación de Wolfensohn sobre algunos proyectos del Banco, como los que financian controvertidas represas en Chile e India, que podrían perjudicar a la población y el medio ambiente locales pero igualmente siguen su marcha sin la supervisión del Banco.

Wolfensohn dijo al foro, reunido cinco años después de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro, que el marco para la inversión en los países en desarrollo ha cambiado en los últimos años.

Como el sector privado invierte cinco veces más que el total de los créditos otorgados al Sur por el Banco y el Fondo Monetario Internacional (unos 60.000 millones de dólares anuales), ciertos proyectos como la represa de las Tres Gargantas en India "continuarán nos guste o no", afirmó.

La clave, agregó, consiste en que el Banco utilice su influencia para garantizar que los proyectos sean tan ambientalmente seguros como sea posible y que no desplacen ni perjudiquen a las poblaciones locales.

La idea de que las instituciones multilaterales de crédito pueden afectar positivamente el gobierno mundial fue compartida por James Gustave Speth, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En ese sentido, el sector privado del Norte podría jugar un papel esencial al presionar para la elaboración de políticas más "ambientalmente amigables", destacó Stephan Schmidheiny, director del Consejo Comercial Mundial para el Desarrollo Sustentable.

Pero Bella Abzug, presidenta de la Organización de Mujeres para el Ambiente y el Desarrollo, señaló que la actitud de los líderes financieros "excluye a las mujeres de su visión de gobierno mundial, así como a otros grupos interesados en forjar una vida comunitaria".

"No se trata sólo de mercados, sino también de viviendas, de aldeas, de lugares donde hombres y mujeres puedan construir comunidades", agregó la activista.

Wolfensohn admitió que el Banco cometió errores en algunos proyectos ambientales, pero destacó que la situación está mejorando como en el caso del proyecto de Rondonia, Brasil, duramente criticado por el potencial desplazamiento de miles de personas.

Antes de que el Sur cumpla sus compromisos para mejorar el medio ambiente, el Norte debe cumplir los que adoptó hace cinco años en Río de Janeiro en el sentido de incrementar la ayuda al desarrollo del Tercer Mundo, resaltó Speth.

"Los países ricos no cumplieron con lo prometido en las negociaciones de Río", subrayó, "ya que "en lugar de aumentar la ayuda al mundo en desarrollo la redujeron hasta en 25 por ciento, tomando en cuenta la asistencia humanitaria". (FIN/IPS/tra-en/fah/ml/dv-en/97

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