La Internacional de Consumidores, federación de 214 organizaciones de 94 países, lanzará este sábado una campaña mundial por el consumo sostenible, como un nuevo vector del movimiento ambientalista.
La publicidad bombardea a la población con mensajes que estimulan un mayor consumo, identificándolo con la felicidad y utilizando medios de comunicación masivos, señaló Erna Witoelar, presidente de CI, al participar en el Foro "Río más cinco" que tiene lugar en Río de Janeiro desde el miércoles.
La promoción de patrones de consumo más razonables y sostenibles también tiene que superar los medios pequeños y alternativos y ganar una repercusión masiva para tener éxito, sostuvo.
La campaña encabezda por CI a partir de este sábado, Dia Mundial de los Consumidores, se hará en cada país en asociación con las organizaciones nacionales por todos los medios posibles. En China la televisión tratará temas relacionados al asunto, anunció Witoelar.
Pero el consumo sostenible es responsabilidad también de los gobiernos, que deben adoptar políticas apropiadas, como inducir al ahorro de energía.
Naciones Unidas, a través de su Consejo Económico Social, incluye orientaciones para la sostenibilidad del consumo, como consumir productos que generen menos basura, que permitan el reciclaje o que tengan origen en recursos renovables, explicó la presidente de CI.
Pero también hay que consumir menos, porque el consumo supera en 30 por ciento "lo que la naturaleza puede regenerar", indicó Mathis Wackernagel, del Centro de Estudios sobre Sostenibilidad, de la Universidad Anáhuac, de Xalapa, México.
El profesor presentó en "Rio más Cinco" un estudio midiendo la relación entre el consumo de los 50 mayores países del mundo y sus respectivas disponibilidades ecológicas.
El mundo dispone de sólo 1,7 hectáreas biológicamente productivas para la explotación humana, incluyendo el espacio marítimo utilizable pero restando 12 por ciento que, según el Informe Brundtland "Nuestro futuro común", debe destinarse únicamente a conservación de la biodiversidad.
En la clasificación realizada por el experto, Islandia presenta el mayor déficit ecológico, con siete hectárea menos de lo que sería necesario para equilibrar consumo y regeneración, seguida por los países europeos, Singapur, Japón, Hong Kong y Estados Unidos.
El estudio usa el concepto de "huellas ecológicas" para representar el área biológicamente productiva que está en producción permanente.
Esa área, dividida por la población nacional, informa sobre las hectáreas utilizadas. El déficit indica en cuánto el uso nacional supera el promedio de 1,7 hectáreas disponibles para cada persona en el mundo. (FIN/IPS/mo/dg/en/97