La AFL-CIO, mayor federación laboral de Estados Unidos, dedicará este año 30 por ciento de su presupuesto para reclutar nuevos afiliados, cuya cantidad disminuyó drásticamente en los últimos años.
"Queremos darles una nueva voz política a los trabajadores estadounidenses", expresó Deborah Dion, vocera de la Federación Estadounidense de Trabajo-Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO).
Las iniciativas para potenciar al trabajador estadounidense incluyen proyectos para sindicalizar trabajadores en el norte de California y Las Vegas.
La AFL-CIO, junto con el sindicato de Trabajadores Agrícolas Unidos, realizará campañas de movilización con los trabajadores de los sembradíos de frutilla de California para mejorar sus sueldos y las condiciones sanitarias y de seguridad, así como para denunciar los abusos con el trabajo infantil.
La campaña de Las Vegas se dirigirá a mejorar las condiciones de trabajo en la industria hotelera.
Esfuerzos similares se harán con los obreros de las industrias de electricidad, acero, maquinaria y vestimenta, en las que los sindicatos perdieron influencia.
Los críticos sostienen que la AFL-CIO desatiende a sus propios afiliados inactivos al tratar de atraer a nuevos miembros.
"Los 16 millones de miembros de la AFL-CIO son como un ejército de reserva", dice Carl Biers, de un grupo laboral independiente. "95 por ciento no participan de las actividades, las asambleas y las campañas. Es un recurso sin explotar que el movimiento sindical descuida".
La AFL-CIO sostiene que la iniciativa de organización colectiva se dirigirá a los miembros actuales, mediante programas de movilización en el trabajo y actualización de temas mundiales.
En abril se lanzará una campaña publicitaria por prensa y televisión en seis ciudades de Estados Unidos.
La AFL-CIO también quiere atraer a las mujeres y para ello creó el Departamento de la Mujer Trabajadora, dirigido por Karen Nussbaum.
La federación tiene 5,6 millones de afiliadas pero Nussbaum sostiene que las mujeres se sindicalizan cada vez menos, especialmente en los sectores de la salud, hotelería y restaurantes.
Uno de los principales proyectos del departamento es una encuesta sobre los cambios en el movimiento sindical que se realizará a un millón de mujeres estadounidenses entre la primavera y otoño boreales.
Una conferencia que se celebrará en septiembre en Washington informará de los resultados de la encuesta y planificará estrategias de organización colectiva. También se analizarán temas sanitarios y atención infantil.
Estas nuevas estrategias pueden otorgar una nueva perspectiva a la AFL-CIO, pero quizás no sean suficientes. La federación tendrá que imponer una mayor presencia en el mundo.
"La economía nacional ya no existe", dice Joseph Uehlein, del Departamento de Sindicatos Industriales de la AFL-CIO. "Tenemos que hallar una manera de negociar a nivel mundial". (FIN/IPS/tra-en/ck/yjc/aq-jc/lb/97
