ESTADOS UNIDOS: Campaña para sindicalizar trabajadores agrícolas

La Hermandad Internacional de Cuadrillas (IBT) y el Sindicato de Trabajadores de Granja (UFW) coordinan una ambiciosa campaña para sindicalizar a los trabajadores de la manzana del estado de Washington, en la costa occidental de Estados Unidos.

La UFW se dedicará a agremiar a los trabajadores del campo mientras que la IBT lo hará con los trabajadores de depósitos.

La mitad de las manzanas estadounidenses se cultivan en el estado de Washington con ingresos superiores a mil millones de dólares. La mayoría de los 70.000 trabajadores de la manzana son latinoamericanos, y reciben míseros sueldos.

El sueldo promedio de los trabajadores de depósitos en Washington es de 11.000 dólares por año. De los 1,12 dólares por libra que los consumidores pagan por las manzanas rojas, cinco centavos se destinan a los empacadores.

Los 50.000 trabajadores que cosechan la fruta, podan los árboles y plantan los cultivos, reciben en cambio aproximadamente 7.000 dólares por año.

Los trabajadores de los depósitos se quejan de dolor de espalda, falta de vestimenta protectora, baños sucios, falta de agua potable, productos químicos que causan irritación en ojos y manos y falta de respeto por parte de la administración.

Los supervisores maltratan verbalmente a los trabajadores por razones mínimas, como tomar descansos para ir al baño. Son vigilados por guardias de seguridad y reciben constantes amenazas de despido.

Los trabajadores no tienen otra opción que resignarse a la situación debido al elevado desempleo en el sector.

IBT ha logrado sindicalizar a los trabajadores de origen latinoamericano en California.

La situación es peor para los trabajadores del campo, que reciben 10 dólares por cada caja de 5.000 manzanas empacada. Su paga ha sido la misma en 20 años, sin recibir beneficios.

Rosalinda Guillén, de UFW, afirma que los trabajadores agrícolas no reciben vacaciones pagas ni seguro médico contra accidentes laborales o para contrarrestar los efectos de los pesticidas en los cultivos.

Los fosfatos que se utilizan en los cultivos de la manzana causan defectos congénitos, problemas de desarrollo físico, y la alteración del sistema endócrino.

La esperanza de vida de los trabajadores agrícolas en Estados Unidos es de 49 años, comparada con 72 años para el resto de la población.

Por razones políticas, la Ley Nacional de Relaciones Laborales de 1935 no incluyó a los trabajadores agrícolas. Recién en 1963 obtuvieron el sueldo mínimo y beneficios de la seguridad social.

Hoy en día, California es el único estado donde los trabajadores agrícolas tienen derecho de agremiación. De los 1,6 millones de trabajadores agrícolas en Estados Unidos, sólo 26.000 son miembros de UFW.

Ochenta por ciento de los trabajadores agrícolas de Washington ahora viven en la comunidad donde trabajan. Ello no beneficia a los empleadores, ya que los trabajadores que no migran tendrán menos necesidad de aceptar sueldos bajos y malas condiciones de trabajo.

En septiembre, IBT protestó ante el gobierno por el despido de seis trabajadores de Stemilt Growers, una compañía empacadora de manzanas. El sindicato organizó una asamblea de trabajadores de Stemilt para analizar la situación. Finalmente, los seis trabajadores volvieron al trabajo.

Mike Gempler, del gremio empresarial de cultivadores de Washington, acusa a la IBT de aprovechar la industria de la manzana para reclutar miembros. "Necesitan miembros para aumentar sus ingresos", sostuvo.

Gempler afirma que los trabajadores de la manzana no necesitan al sindicato porque "casi todo lo que el sindicato podría conseguirles ya lo tienen".

Agrega que ninguna de las fábricas empacadoras en que opera IBT pudo reunir las firmas necesarias (30 por ciento) de trabajadores para convocar a elecciones internas, el primer paso hacia la sindicalización. IBT responde que los trabajadores temen a las represalias de sus superiores.

Sin embago, UFW consiguió en 1995 un acuerdo de negociación colectiva para 200 trabajadores en los viñedos Chateau Ste. Michelle. Una pequeña victoria en comparación con la enorme industria de la manzana.

Guillén sostiene que el sindicato no tiene muchos recursos y que la industria es poderosa.

"Sabemos que la industria mantuvo sesiones estratégicas para decidir cómo vencer a la campaña de sindicalización. Están contratando a consultores para contrarrestar los esfuerzos de agremiación", agrega.

"Tienen una campaña coordinada para mantener la situación tal como está, nosotros tenemos una campaña coordinada para cambiarla", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/bj/yjc/aq-jc/lb/97

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