El izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que en las elecciones del domingo puso en jaque al gobierno de El Salvador, combatía con las armas hace tan sólo seis años, pero hoy propone ideas de libre mercado.
El FMLN, el principal partido de la oposición salvadoreña, proclama la economía de mercado sin grupos monopólicos u oligopólicos y sin distorsiones.
No obstante, esa inclinación por la libre competencia no lo acerca a los partidos de derecha, a los que acusa de pretenderse abanderados de la doctrina de mercado sin practicarla, ni tampoco le garantiza la confianza del sector privado.
Luis Cardenal, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias, considera lógico que persista la desconfianza de los empresarios ante el FMLN.
"Hace seis años, (el FMLN) proponía un sistema diferente a la economía social de mercado. Durante la guerra hablaban de los empresarios como enemigos. Comprendemos que ha habido un cambio, pero por diversas circunstancias, el Frente no ha podido demostrar con hechos que el cambio es totalmente sincero", dijo Cardenal.
Cardenal considera que la desconfianza del sector privado es justificada, pero no debe llevar al pánico.
Los ex guerrilleros triunfaron en la capital, San Salvador, y en Santa Ana, la segunda ciudad del país, y con 60 por ciento de los votos escrutados, estaban virtualmente igualados con la gobernante Alianza Republicana Nacional (Arena) en la distribución de escaños en el parlamento.
El FMLN enseñará ahora su comportamiento, en las municipalides que conquistó en las urnas, y "va a tener que actuar responsablemente", señaló Cardenal.
Los salvadoreños fueron convocados el domingo a escoger a los alcaldes de los 262 municipios del país y a los 84 miembros de la Asamblea Nacional (parlamento).
Cardenal destacó la alta abstención registrada, de casi 60 por ciento, como un llamado de alerta a los partidos políticos. Se trata de un índice sin precedentes que, a su juicio, evidenciaría el desinterés o el escepticismo de la población ante las elecciones.
La masiva abstención demostraría "desencanto con el sistema democrático, pese a que este aún no está totalmente consolidado", y poca confianza en las promesas electorales, agregó.
En cuanto al FMLN, el dirigente empresarial considera que habrá que esperar los resultados finales para saber si su caudal electoral aumentó o si obtuvo más votos porque el número de votantes de Arena se redujo.
Para algunos ideólogos salvadoreños, el FMLN no habría conquistado la posición lograda en los comicios si no se hubiera matriculado en la escuela de la política, donde entró en 1994 con una veintena de diputados al congreso y algunas municipalidades.
Hoy, la ex guerrilla se gradúa con una votación que aparentemente la dejará a la par de la derechista Arena en la Asamblea Nacional y al frente de la municipalidad de San Salvador, el puesto político más importante después de la Presidencia.
Cinco años después de haber firmado la paz con el gobierno, el FMLN se ha depurado y ha reciclado sus ideas sin ceder a planteamientos extremistas.
Hace apenas dos años, Rubén Zamora, quien fue la cara política del FMLN en tiempos de guerra, advirtió que lo más difícil para los nuevos partidos políticos salvadoreños sería saber cuando transigir y cuando no, porque era un aprendizaje nuevo.
"Muchos de nuestros compañeros confunden la negociación con la sumisión y una posición firme con el enfrentamiento físico, porque esta es una experiencia nueva para nosotros", señaló Zamora en un seminario político regional realizado en la capital costarricense.
En ese proceso de reacomodo y aprendizaje, el FMLN se fragmentó.
Los comandantes Joaquín Villalobos y Ana Guadalupe Martínez hicieron casa aparte y formaron el Partido Demócrata, que se alió en la gestión legislativa con Arena.
El otro bloque escindido es precisamente el de Rubén Zamora, quien formó la Convergencia Democrática, con la cual el FMLN mantiene una buena relación. Los dos grupos se presentaron unidos para la elección de alcaldes.
Si bien no reniega de su paso y posterior amistad con el FMLN, Zamora, un político inclinado al centro, considera que no es conveniente para El Salvador una polarización de fuerzas entre aquel partido y Arena.
Zamora declaró al Diario de Hoy temor en que El Salvador no salga adelante si el FMLN controla la mesa directiva de la próxima legislatura, porque, aseguró, el empresariado le exigiría demasiadas garantías y los electores tendrían demasiadas expectativas.
El FMLN no tendrá al parecer mayoría en la Asamblea. Podría lograr el empate con Arena, pero el partido de gobierno contará con el apoyo de diputados de grupos afines.
La votación que ha logrado representa para el FMLN un compromiso ante los votantes y un punto de apoyo hacia las elecciones presidenciales de 1999.
Según Sigfredo Reyes, diputado del FMLN ante el Parlamento Centroamericano, el partido ganó credibilidad con su buen desempeño en los puestos alcanzados en 1994.
"Además de credibilidad, el FMLN tiene claridad de planteamientos", y eso lo identifica como "una alternativa firme para conducir el pais con la confianza del sector privado", afirmó Reyes.
Una economía de mercado con un Estado fuerte, capaz de cumplir un papel importante en el área social y en materia de obras de infraestructura, es, en esencia, el proyecto nacional que busca impulsar el más importante partido de izquierda de El Salvador. (FIN/IPS/mso/ff/ip/97