Los acuerdos del Mercado Común del Sur (Mercosur) y el combate al lavado de dinero de origen ilegal aprietan el cerco sobre la paraguaya Ciudad del Este, la mayor fuente de contrabando hacia Brasil.
El comercio de Ciudad del Este representa un tercio del producto interno bruto de Paraguay, que alcanza a 9.000 millones de dólares, y pérdidas fiscales de 5.000 millones de dólares para el gobierno brasileño, según el diario Gazeta Mercantil, de Brasil.
Un escándalo estallado con títulos públicos en Brasil, actualmente bajo investigación de una comisión del Senado que identificó la evasión de 1.800 millones de dólares a través de Paraguay, aumentó la urgencia de enfrentar las distorsiones en la frontera entre los dos países.
Paraguay promulgó a principios de este año una ley que castiga hasta con 10 años de cárcel el lavado de dinero y permite enfrentar la informalidad, que domina la economía del país y repercute negativamente en los vecinos.
Paraguay debe acabar con la ilegalidad para tener futuro, según reconoció un economista del Banco Central paraguayo citado por Gazeta Mercantil.
El objetivo es también necesario para la efectiva adaptación de ese país a las reglas del Mercosur, que en el 2004 dará lugar a una unión aduanera plena entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Entre uno y tres millones de brasileños viven del comercio informal de productos adquiridos en Ciudad del Este, calculó Gazeta Mercantil. Los llamados "sacoleros" viajan a Paraguay incluso desde el lejano noreste de Brasil, para hacer sus compras en Ciudad del Este.
Con esos productos. los "sacoleros" abastecen los mercados informales callejeros de las ciudades de casi todo el país y hacen de Ciudad del Este el tercer mayor centro comercial del mundo, después de Hong Kong y Miami, según la revista estadounidense Forbes.
Debido a ese flujo y a la estabilidad de la moneda brasileña, los comerciantes paraguayos compran 7.200 millones de dólares en el mercado de cambios de Foz de Iguazú, en Brasil, para cambiarlos por los reales recibidos de los turistas.
Brasil deja de recaudar 5.000 millones de dólares en concepto de impuestos a las importaciones en el caso del contrabando desde Ciudad del Este, calculó el senador José Serra.
Un décimo de esa cantidad corresponde a renuncia fiscal, ya que la legislación brasileña permite a cada turista regresar al país con 150 dólares en productos adquiridos en el exterior.
Como cuerpo extraño en el Mercosur, como una zona franca informal, Ciudad del Este preocupa también a Argentina, por servir supuestamente de refugio a terroristas árabes y de puente al narcotráfico y al contrabando de armas.
Los inspectores del fisco brasileño en Foz de Iguazú sólo decomisaron el año pasado productos ilegalmente ingresados por 30,17 millones de dólares. También se incautaron de 447,36 kilogramos de marihuana y de nueve kilogramos de cocaina.
Pero el mayor volumen de drogas no pasa por el Puente de la Amistad, la frontera terrestre, sino que, al igual que las armas, es trasnportado por aviones que aterrizan en aeropuertos clandestinos de Brasil. Lo mismo ocurre con el contrabando de componentes de informática, aseguran las autoridades fiscales brasileñas. (FIN/IPS/mo/ff/ip if/97)
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