El ministro Anti Drogas de Venezuela, Carlos Tablante, propuso hoy encomendar a un organismo supranacional la certificación de la lucha contra el narcotráfico y criticó que Estados Unidos se autoasigne la tarea.
Tablante dijo que la certificación no puede ser concebida como una potestad unilateral de Washington, ni como "el coco" que amenaza con quitar o frenar créditos multilaterales a los demás.
En un artículo publicado en el diario El Universal, Tablante insistió en que el narcotráfico es un delito global y que, por ello, el camino para enfrentarlo es "la concertación en la acción", sin posiciones "dilemáticas" entre países productores, consumidores o de tránsito.
El ministro dijo que el objetivo de la entidad supranacional sería implementar mecanismos eficaces en la lucha contra las organizaciones criminales, algo que se termina por olvidar en sesgado camino usado por Washington.
El Congreso de Estados Unidos dio este jueves a México un plazo de 90 días para que demuestre que coopera con Washington en el combate contra el tráfico de drogas, como requisito para no perder la certificación que obtuvo.
Colombia, en tanto, fue descertificada el 28 de febrero por segundo año consecutivo, con el argumento de pruebas no publicadas de que el presidente colombiano Ernesto Samper supo que su campaña estaba financiada por el narcotráfico.
Samper fue exonerado de ee cargo en un juicio político interno.
Tablante es un dirigente del Movimiento al Socialismo, el mayor soporte del gobierno del independiente democristiano Rafael Caldera, quien lo incorporó en diciembre a su gabinete, tras ser un exitoso gobernador del central estado de Aragua.
En base a datos recabados en la Estrategia Nacional para el Control de las Drogas de 1996 de la Casa Blanca, Tablante cita que en 1993 los estadounidenses gastaron unos 49.000 millones de dólares en drogas ilícitas y en 1994 un promedio de 12,6 millones de personas usaron drogas ilícitas cada mes.
Pese a que Washington afirma que el consumo de sustancias ilegales en Estados Unidos cayó a la mitad, ese país representa aún el mercado más seguro para los carteles de la droga en todo el mundo, añade Tablante.
Estados Unidos es también productor. Se estima que 25 por ciento de la ilegal marihuana consumida en ese país es producción interna, cita el ministro.
Para el jefe de la lucha antidrogas venezolana, "lo que resulta alarmante, por decir lo menos", es cómo entran las organizaciones criminales "al país con mayores avances científicos y tecnológicos al servicio de los mecanismos de seguridad".
Tablante indica que no se trata de actuar a la defensiva ni descalificar a Estados Unidos ni a ningún otro país, "para justificar errores, omisiones o desidia".
A su juicio, lo que hay que asumir es que todas las naciones, de una u otra forma, son víctima de las organizaciones criminales, que no respetan fronteras, sistemas políticos o ideologías.
Para el ministro, tiene razon el presidente estadounidense Bill Clinton cuando clama que las drogas afectan a millones de sus connacionales. "Pero también afectan a millones de latinoamericanos", subrayó.
Tablante insiste en que no sólo Estados Unidos está en su derecho de enfrentar el problema, sino "todos los países del hemisferio" y que la mejor manera de hacerlo es "llegar a acciones conjuntas, sin socavar las soberanías".
Venezuela ha pasado de ser un país puente entre las naciones productoras y el gran consumidor del norte, a ser centro de operaciones y legitimación de capitales. También es, según definición de Tamblante, "incipiente productor", con sembrados en una sierra fronteriza con Colombia, dos veces erradicados.
Este país recibio el "visto bueno" de Washington por su cooperación, aunque el informe criticó varios aspectos, en especial el problema de un Poder Judicial complaciente con los acusados como narcotraficantes.
Tablante acaba de volver de Washington, donde concertó nuevas acciones de cooperación bilateral para enfrentar el delito en Venezuela (FIN/IPS/eg/ff/ip/97