Un sentimiento de emoción y euforia se apoderó hoy de miles de argentinos al conocer la decisión del Comité Olímpico Internacional de elegir a Buenos Aires como una de las cinco ciudades del mundo finalistas en la competencia en la que se elige una sede para los Juegos Olímpicos de 2004.
Desde Lausana, Suiza, el Comité decidió este viernes que Buenos Aires queda entre las cinco ciudades candidatas junto a Atenas, Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Estocolmo y Roma. Las cinco siguen en carrera hasta el 7 de septiembre, cuando se conocerá el dictamen definitivo.
Río de Janeiro, que había llegado a ubicarse entre las 11 ciudades preseleccionadas, quedó fuera del certamen junto con San Petersburgo (Rusia), Estambul, Sevilla (España), Lille (Francia) y San Juan de Puerto Rico, la otra postulante latinoamericana.
Si Buenos Aires es elegida sede de las olimpíadas que siguen a las de Sidney (2000), será la primera vez que una ciudad sudamericana es huésped de los atletas de todo el mundo.
Todas las ciudades disputaban los más de 1.000 millones de dólares que obtendrán como ganancias por ser sede, de los 700 millones son otorgados por el comité olímpico por derechos televisivos y más de 300 millones surgen de los negocios que acompañan a la competencia deportiva.
En este sentido, Buenos Aires reúne condiciones que la colocan entre las favoritas; infraestructura para los deportes, capacidad hotelera, instalaciones proyectadas, relativa seguridad y medio ambiente saneado, y fundamentalmente un presupuesto austero, de 1.284 millones de dólares, el más bajo de todos los presentados.
La capital argentina ya tiene 75 por ciento de la infraestructura deportiva y sólo le faltan algunas obras que requieren una inversión de 550 millones de dólares, que provendrán mayoritariamente del sector privado. Las autoridades creen que los juegos dejarán superávit.
En contrapartida, Río de Janeiro tenía menos posibilidades, fundamentalmente por el alto índice de violencia. Esta semana fue baleado en esa ciudad el edificio en el que se encontraba el embajador argentino en Brasil, Diego Guelar, y las sospechas de la policía se orientaron a la competencia por la sede olímpica.
El sociólogo Herbert de Souza, líder de movilizaciones sociales contra el hambre en Brasil, tenía esperanzas de que la candidatura de Río impulsara una solución a los graves problemas que aflijen a esa ciudad, en la que más de 400.000 voluntarios se habían anotado para trabajar para las Olimpíadas.
Las autoridades de Argentina y Brasil habían anticipado que trabajarían unidas detrás de la ciudad ganadora, pero este viernes hubo expresiones de la rivalidad tradicional entre el público deportivo de ambos países, que resulta difícil de acallar.
Brasil ganó cuatro veces la copa del mundo de fútbol y Argentina dos, pero ninguno de los dos países consiguió una medalla de oro olímpica en este deporte.
El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, manifestó este viernes su apoyo a Buenos Aires como "candidata del Mercosur", tras conocer la eliminación de Río de Janeiro.
Por su parte, el ministro de Deportes de Brasil, Edson Arantes do Nascimiento "Pelé", señaló desde Lausana que Buenos Aires es ahora la candidata de América del Sur, mientras Río pasó ahora a luchar por conseguir la sede para el 2008.
El jefe del gobierno municipal de Buenos Aires, Fernando de la Rúa, había adelantado desde Suiza que Pelé había comprometido su respaldo a la candidatura latinoamericana.
Antes de conocer el veredicto, Pelé sostuvo que a las ciudades europeas "no les cambia nada" por ser elegidas sedes, en cambio si la designada es una ciudad latinoamericana "esto tendrá un impacto mayor en el desarrollo económico y cultural del continente". (FIN/IPS/mv/ag/cr/97
