CONGO: Pigmeas protestan contra discriminación de su comunidad

Los pigmeos de Congo son discriminados por la mayoría bantú y ello les impide participar plenamente de la vida social, política y económica del país, denunciaron mujeres pigmeas en un encuentro cultural realizado esta semana.

Los residentes de la capital de Congo tuvieron una rara ocasión de escuchar a representantes de esta pequeña comunidad en las Jornadas Culturales de la Mujer Pigmea, que se realizaron del martes al jueves de esta semana.

Durante el encuentro, pigmeas de cinco de las 10 regiones del Congo exigieron que se les permita disfrutar de sus derechos como ciudadanas de la nación centroafricana.

Aunque la discriminación afecta a los pigmeos en general, que suman 300.000 personas en una población total de 2,6 millones, perjudica especialmente a las mujeres de esta comunidad, señalaron las representantes.

"Por mucho tiempo, las mujeres pigmeas fuimos rechazadas y subestimadas", manifestó Toto Marie, una enfermera que trabaja en un hospital especial para pigmeos en Sibiti, en el suroeste de Congo. "Hoy estamos reclamando nuestro debido lugar en la sociedad congoleña", dijo.

Toto es una de las pocas pigmeas alfabetas de Congo. En realidad, pocos miembros de su comunidad saben leer o escribir, y esto se debe a que la mayoría son nómades.

Los pigmeos, que viven principalmente en la selva, se mudan cuando los animales salvajes de los que dependen para alimentarse comienzan a escasear en su aldea, o cuando muere un miembro de su comunidad.

Los pocos que van a la escuela generalmente no pasan del nivel primario. Toto, por ejemplo, no tiene diploma alguno, y aprendió a utilizar una jeringa en su trabajo.

Pero Ngampia Josephine, procedente del altiplano de la región central, aseguró que el nomadismo no es la única razón por la que los pigmeos no tienen educación formal.

"¿Cómo puede pretenderse que nuestros hijos estudien si los niños bantúes se burlan de ellos? Les arrojan piedras y los llaman animales porque viven en la selva. Eso los frustra, y al otro día se niegan a ir a la escuela", explicó.

Los pigmeos padecen discriminación en otras áreas, por ejemplo en la de la salud. Es por esta razón que un grupo eclesiástico estableció un centro médico en Sibiti exclusivamente para pigmeos.

"Hasta nos discriminan en los hospitales", se quejó Ngalou Veronique, quien también viven en la región central. "Las parteras dicen que tenemos mal olor, y cuando alguna acepta atender el nacimiento de un bebé pigmeo, llama a muchas personas para que vean cómo da a luz una pigmea, como si hubiera alguna diferencia con las bantúes", dijo.

No es de extrañar, entonces, que la mayoría de las pigmeas den a luz a sus hijos de la manera tradicional, que fue explicada en las jornadas de esta semana: la parturienta se acuesta sobre la tierra, donde se extiende un paño para recibir al bebé, y luego de la expulsión se corta el cordón umbilical con una hoja de afeitar.

"Nunca realizamos consultas prenatales, y luego del parto, bebemos agua tibia y nos lavamos con ella", explicó Ngalou. "Las pigmeas no morimos en el alumbramiento. Dios siempre está con nosotros", agregó.

Aun los alimentos que producen los pigmeos es rechazado, denunciaron las mujeres. "Nadie compra nuestra mandioca, nuestras hortalizas ni nada de lo que producimos", dijo Ngampia.

"Dicen que somos sucios, pero tenemos que vender algo para poder comprar jabón y ropas. Si nadie compra nuestros productos, ¿cómo pueden esperar que seamos como los demás?", preguntó.

Esta actitud de la población en general hacia los pigmeos llevó a la Asociación Mama Milongo, encabezada por Laurentine Milongo, a organizar las Jornadas Culturales de la Mujer Pigmea conjuntamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

"Hemos observado que la mujer congoleña en general, y la pigmea en particular, es discriminada por los hombres y por las autoridades", señaló Milongo, cuyo esposo es presidente de la Asamblea Nacional.

"La idea de este encuentro es estudiar las diferencias culturales y artísticas entre pigmeos y bantúes para que las mujeres de ambas comunidades se junten en distintas actividades", explicó.

Así mismo, "debemos estimular la emancipación en las mujeres pigmeas para que puedan estar presente en todos los ámbitos de toma de decisiones", añadió Milongo.

El Ministerio de Integración de la Mujer al Desarrollo propuso la elaboración e implementación de un plan nacional para integrar a las comunidades pigmeas al resto de la sociedad, y también existiría un plan regional para ayudar a esta vulnerable minoría étnica y cultural. (FIN/IPS/tra-en/nrn/kb/ml/pr/97

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