COLOMBIA-ECUADOR: Una integración plena, pero con reservas

La polémica sobre las políticas arancelarias de los dos países no empañó el optimismo entre los empresarios de Ecuador y Colombia que participaron en la capital ecuatoriana en el segundo encuentro "Socios del pasado y del futuro".

Más de 1.300 empresarios mantuvieron unas 4.600 citas de negocios en el encuentro, comenzado el lunes y finalizado el miércoles.

"Es más grande la intención de comerciar que de obstaculizar los proceso de integración", dijo Lázaro Mejía, gerente general de Proexport de Colombia, una de las entidades organizadoras de la reunión de Quito.

"Estas reuniones dejan un ambiente empresarial positivo", pese a medidas arancelarias adoptadas por los gobiernos, "que a veces no coinciden con los intereses del sector exportador", afirmó Mejía.

Pero algunos participantes manifestaron preocupación ante la persistencia de políticas proteccionistas en Colombia y Ecuador.

"El gobierno de Colombia debe revisar su decisión de gravar a los productos procedentes de Ecuador", señaló a IPS Nicolás Espinosa, presidente de la Cámara de Comercio de Quito.

Colombia gravó con impuesto de seis por ciento las importaciones a crédito, para reducirlo luego a cuatro por ciento. Ese gravamen, de carácter temporal, permitió la caída de las tasas de interés interbancarias, arguyó el ministro de Comercio colombiano, Morris Harf.

Según Harf, la medida no transgrede los acuerdos de libre comercio de la Comunidad Andina, que Colombia y Ecuador integran junto a Bolivia, Perú y Venezuela, ya que se trata de un impuesto, y no de un arancel aduanero.

Con igual criterio, el gobierno ecuatoriano anunció la semana pasada que impondrá transitoriamente un impuesto de cuatro por ciento a las importaciones. Si bien el gravamen sólo se aplica a productos ajenos a los acuerdos de libre comercio, provocó la desconfianza de empresarios de los dos países.

El ministro de Comercio de Ecuador, Benigno Sotomayor, justificó el nuevo impuesto por la necesidad de reducir un déficit fiscal que supera 6,5 del producto interno bruto.

"Son medidas que responden a la emergencia económica interna", declaró Sotomayor.

Pero Harf interpretó el gravamen como "un sobrearancel, que encarece los bienes de consumo". Agregó que la Junta del Acuerdo de Cartagena "tendrá que revisar la intención de Ecuador, atendiendo los orígenes y justificaciones de la resolución".

Mejía conservó el optimismo. "Estas medidas buscan resolver determinados problemas internos, pero son temporales. "Finalmente se impondrá el libre comercio", pronosticó.

Mientras, el empresario ecuatoriano Luis Trujillo, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, consideró que los impuestos aplicados por los dos países "son sobrearanceles, que obstaculizan el proceso de integración y violan las normas andinas".

Por su parte, Espinosa advirtió que "estos problemas tendrán que ser resueltos si nuestra pretensión es aumentar el intercambio comercial entre Ecuador y Colombia".

Los mercados colombiano y ecuatoriano son "complementarios, y nuestra experiencia así lo ha demostrado", comentó Espinosa.

El comercio entre Colombia y Ecuador sumó 644 millones de dólares en 1996, con un incremento de 500 por ciento en comparación con 1990.

La balanza comercial "tiende a nivelarse cada vez más", dijo Gabriel Galán, director de la Oficina Comercial de Colombia. "Por cada dólar que Colombia vende a Ecuador, (los ecuatorianos) nos venden 0,82 dólares".

Galán destacó que Ecuador es el tercer socio comercial de Colombia dentro del bloque andino y el cuarto en el comercio total. El mercado ecuatoriano es destino de 90 por ciento de las exportaciones no tradicionales de Colombia. (FIN/IPS/mg/ff/if/96

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