Unos 7.000 campesinos colombianos abandonaron sus hogares para huir de la violencia, denunció hoy un grupo de defensa de los derechos humanos.
El coordinador del Comité Permanente por los Derechos Humanos del departamento de Antioquia (noroeste de Colombia), Jesús Valle, afirmó que el enfrentamiento que sostienen en la región paramilitares, guerrilla y ejército fomenta "una situación desconcertante en la que la víctima es la población civil".
Según portavoces de un grupo de 2.600 campesinos que llegaron este fin de semana al municipio de Mutatá, en Antioquia, la huída se inició hace un mes tras un bombardeo del ejército que combatía a los frentes 57 y 34 de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Los denunciantes indicaron ingualmente que desde diciembre venían siendo objeto del hostigamiento de grupos paramilitares que actúan en la región.
El grupo proviene del municipio de Riosucio, limítrofe con el departamento de Antioquia y perteneciente al denominado Urabá Antioqueño, cuyo control territorial se lo disputan la guerrilla, los grupos paramilitares de derecha y el narcotráfico.
Otros 82 desplazados llegaron tras siete días de caminata a las localidades de Boca del Cupé, Pucuro y Yapetres en la selvática provincia panameña del Darién.
Así mismo, más de 4.000 se han dispersado en municipios de la Costa Norte de Colombia, ya que la región es centro también de enfrentamientos entre la guerrilla y los paramilitares.
En la penosa travesía dos mujeres que daban a luz perdieron sus bebés y se teme por otras 30 que también se encuentran en avanzado estado de embarazo.
Valle atribuyó la precaria situación de los desplazados a su "desprotección total" por parte del Estado.
No obstante, el comandante de la división del ejército que opera en el departamento de Chocó, general Rito del Río, denunció que los campesinos han sido presionados por las FARC para que abandonen sus territorios para generar "culpar al ejército de ese éxodo".
En opinión del jefe militar, la región de donde procede el grupo de desplazados "ha sido dominada por los frentes de las FARC que ahora combate el ejército".
El presidente de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, Rito Gómez, pidió al gobierno una acción inmediata para controlar la situación, que calificó como "preocupante".
El caso de los 7.000 desplazados "es el reflejo de lo que acontece con el campo colombiano, que está siendo minado por la violencia".
Para Gómez, los campesinos están en medio del fuego de la guerrilla, que los acusa de ser colaboradores de los paramilitares o del ejército, y de los paramilitares, que los señalan como auxiliadores de los insurgentes.
Según la no gubernamental Consultoría para los derechos Humanos y el Desplazamiento (Codes), el número de desplazados a causa de la violencia en Colombia desde 1985 llega a 920.000 personas.
En opinión de Jorge Rojas, coordinador de Codhes, el desplazamiento de población a causa de la violencia es "un problema grave de derechos humanos con implicaciones sociodemográficas, que afecta particularmenta e mujeres y niños" provenientes en un alto porcentaje de zonas rurales.
El 53 por ciento del total de la población desplazada corresponde a mujeres, en tanto que 54 por ciento corresponden a niños y niñas menores de 18 años.
El documento indica igualmente, que los grupos paramilitares fueron señalados como responsables de su desplazamiento por el 33 por ciento de los afectados, la guerrilla por 28 por ciento, y las Fuerzas Militares por el 14 por ciento.
Las amenazas (64 por ciento) y los asesinatos (14 por ciento) fueron señalados como las principales causas del desplazamiento, a las que se suman los bombardeos del ejército, los atentados, las torturas, el miedo, y el hostigamiento.
Para el gobiernador de Antioquia, Alvaro Uribe, la solución corresponde principalmente al Estado, que debe "dotar de condiciones de seguridad" a las áreas afectadas para que los campesinos puedan regresar a ellas. (FIN/IPS/yf/dg/ip-pr/97