La capital mexicana, una de las ciudades más conflictivas y pobladas del mundo, es por primera vez escenario de una disputa electoral para designar a un gobernador.
Los dos principales partidos de oposición escogieron el domingo pasado a sus candidatos, a través de inéditas elecciones internas, igual que lo hizo una semana antes el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), agrupación que las encuestas ubican en un difícil momento.
Para los analistas, la carrera hacia la gubernatura podría impulsar al triunfador a la presidencia en el 2000, cuando termine la gestión de Ernesto Zedillo, o hundirlo para siempre en el descrédito político.
Con una superficie que representa apenas 0,07 por ciento del territorio nacional, la capital, administrada desde hace más de medio siglo por regentes nombrados por la presidencia, registra los principales problemas de delincuencia, informalidad, contaminación y crecimiento urbano del país.
La ciudad además concentra 21 por ciento de la población total, 21 por ciento del producto interno bruto, 23 por ciento de la producción industrial y 28 por ciento de la actividad comercial.
Según lo previsto, el 6 de julio los capilatinos acudirán a las urnas para escoger a su gobernador entre Alfredo del Mazo del PRI, Carlos Castillo del Partido Acción Nacional (PAN), y Cuauhtémoc Cárdenas del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Aunque existen otros candidatos, son esos tres los que tienen mayores opciones.
Del Mazo, a quien se considera del ala conservadora del PRI, fue gobernador del estado de México -vecino a la capital- también fue precandidato presidencial de su partido. Castillo dirigió el PAN y Cárdenas compitió ya dos veces por la presidencia del país.
Gracias a una ley aprobada el año pasado, el proceso electoral será dirigido por primera vez por autoridades ciudadanas sin militancia partidista ni relación con el gobierno y, en su mayoría, sin experiencia previa en la tarea.
Amparados en las encuestas, tanto del PAN como el PRD sostienen que llegó el momento en el que el PRI comience a perder el poder pleno que ha mantenido en México durante 68 años.
Estudios coincidentes realizados en la ciudad dan el primer lugar en la preferencia ciudadana al PAN, en tanto en el segundo y tercer lugar se alternan el PRI y el PRD con diferencias muy pequeñas.
Desatadas las amarras de la competencia, los dirigentes de los principales partidos y hasta el presidente Zedillo empezaron a arremeter con fuerza contra sus adversarios.
"Otros dicen querer ser portavoces del cambio. En realidad quieren que cambie para beneficio de ellos, no del pueblo de México", dijo este domingo el presidente Zedillo al celebrar los 68 años de fundación del partido de gobierno.
El PRI es la verdadera opción del cambio porque es un partido de valientes, no de violentos, y porque no está postrado en la nostalgia de privilegios del pasado ni se deja llevar por la ilusión de conseguirlos en el futuro, expresó el mandatario.
Además de la disputa por la capital, donde el ganador tendrá escasos tres años para resolver añejos problemas, en julio se renovará el Congreso Federal, parte del Senado y se designarán gobernadores, diputados y alcaldes en varios estados.
En una encuesta conjunta realizada por la revista Time de Estados Unidos y los diarios mexicanos El Norte y Reforma entre 1.560 ciudadanos, se indica que a nivel nacional hay un empate entre el PAN y el PRI. El PRD sigue avanzado, pero se mantiene en un distante tercer lugar.
Aunque las autoridades y los partidos sostienen que las nuevas normas electorales son las más avanzadas que haya logrado México, en la encuesta de los medios estadounidenses y mexicanos 58 por ciento de los consultados señalo que no confía en que las próximas elecciones sean limpias.
Al ser declarados ganadores de sus procesos de elección internos, Castillo y Cárdenas coincidieron por separado en fustigar al gobierno y al PRI y en declarar que llegó el momento de su triunfo.
Si el ganador en la elección para la gubernatura no logra atender algunos de los principales problemas de la ciudad deberá olvidarse de cualquier ambición para ser candidato presidencial, advirtió el analista Jorge Alcocer. (FIN/IPS/dc/dg/ip/97
