/CIUDADES DEL MERCOSUR/ BRASIL: Pagar un sueldo para estudiar resultó una fórmula exitosa

El programa Bolsa-Escuela del gobierno del Distrito Federal de Brasil, que aporta a familias indigentes un salario para que envíen a sus niños al aula, logró reducir la deserción escolar de siete a 0,2 por ciento y las repeticiones de 20 a 7,7 por ciento.

En apenas dos años de implementación, el programa expone como conquista la atención de 43.281 niños y 22.684 familias, y fue reconocido con un premio internacional y dos nacionales.

Bolsa-Escuela, una promesa de campaña del actual gobernador Cristovam Buarque concretada en enero de 1995, parte de la base de que el aporte financiero del trabajo de niños y niñas en situación de calle es, en muchos casos, componente fundamental de los ingreso de sus hogares.

Por lo tanto, el gobierno dispuso compensar la "renta" que se perdería si los niños asistían a la escuela con un salario mínimo legal a las familias de esos menores.

Los resultados de Bolsa-Escuela llamaron la atención del presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, de expertos chinos y de la estadounidense Fundación Fullbright. Y, además, decenas de municipios brasileños y otros de Bangladesh e India estudian la posibilidad de imitarlo.

El programa recibió premios de la Fundación Getúlio Vargas/Fundación Ford, de Sesi y el galardón "Niños y Paz", del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Sus operadores están hoy dedicados a la creación de un fondo para ampliar sus recursos, pues su disponibilidad financiera está limitada a uno por ciento del presupuesto del Distrito Federal, o sea alrededor de 32 millones de dólares.

Esta suma será suficiente para atender a 25.000 familias, como establece la meta del programa para este año.

El fondo recibiría contribuciones de empresarios, organismos nacionales e internacionales o individuos y permitiría la ampliación del programa, hoy restringido a la atención de familias que sufren pobreza extrema.

El gobierno de Brasilia impuso como condición a las familias beneficiadas que los niños mantuvieran una asistencia a clase de 90 por ciento, o sea que se permiten apenas dos faltas por mes sin justificación médica.

Las familias, además, tienen la obligación de mantener a todos sus hijos de siete a 14 años matriculados en escuelas públicas de Brasilia.

La renta familiar por persona no debe superar medio salario mínimo legal para acceder al beneficio. (FIN/IPS/mj/ed dv/97

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