CHINA: Visita del vicepresidente de EE.UU. revitaliza relaciones

Estados Unidos y China firmaron dos acuerdos comerciales durante la estadía del vicepresidente Al Gore, el miembro del gobierno norteamericano de mayor jerarquía que visita Beijing desde la masacre de Tiananmen en 1989.

Gore anunció que continúan planteada la visita del presidente chino Jiang Zemin a Washington el segundo semestre de este año, en tanto el mandatario estadounidense, Bill Clinton, visitaría China en 1998.

Las visitas presidenciales y la firma de un proyecto de 1.200 millones de dólares para fabricar automóviles de General Motors en China, junto con un contrato de 685 millones de dólares por la venta de cinco aviones Boeing 777, señalan una mejoría de las relaciones entre los dos países.

No obstante, los problemas persisten. No hubo avances sobre la situación de los derechos humanos en China durante la visita de Gore la semana pasada, ya que el vicepresidente estadounidense y los dirigentes chinos evitaron los "incidentes temporarios" en las conversaciones calificadas de cordiales por ambas partes.

Los vínculos bilaterales entre China y Estados Unidos se revitalizaron luego de dos años de estancamiento.

Las partes subrayaron que las relaciones futuras se basarán en los "intereses fundamentales" y "cuestiones de largo plazo". Las declaraciones surgieron luego que China fuera acusada recientemente de entregar donaciones ilegales a la campaña del Partido Demócrata de Clinton.

En la víspera de la visita de Gore a China, Beijing acusó a las "fuerzas antichinas en Estados Unidos y a un pequeño grupo de separatistas de Taiwan", de trabajar en conjunto para sembrar la discordia y obstaculizar las relaciones bilaterales.

La agencia oficial de noticias china Xinhua, dijo que "rara vez se han visto con anterioridad, la perversidad de las intenciones y los trucos despreciables" de las supuestas fuerzas subversivas.

La agencia negó que Beijing haya entregado dinero para la campaña del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de Estados Unidos el año pasado y aseguró que "por ser un país en vías de desarrollo, China no tiene dinero para gastar en eso".

"La política de la billetera en Estados Unidos es conocida en todo el mundo, y el caso de donación política es sólo la punta del témpano", agregó.

Xinhua también acusó a las autoridades de Taiwan de gastar grandes cantidades de dinero para influir a Estados Unidos, incluyendo casi 10 millones de dólares para la visa del presidente de ese país, Lee Teng-Hui, en 1995.

Durante el encuentro con Al Gore, el primer ministro chino, Li Peng, dejó en claro que Taiwan es el punto principal de las relaciones entre los dos países.

"Li Peng señaló que el asunto de Taiwan es central, de gran importancia y sensibilidad", dijo el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Cui Tiankai.

La reunión culminó con la firma del tratado sobre la situación del Consulado de Estados Unidos en Hong Kong después que la colonia inglesa sea devuelta a China el 30 de junio próximo.

Li subrayó la importancia de la posición de Estados Unidos sobre Taiwan, luego de describir a la devolución de Hong Kong como una medida previa para reconquistar Taiwan y "realizar la gran misión de su reunificación con la patria".

China siempre consideró la venta de armas y la protección militar de Washington a Taiwan, como actos que estimulan el separatismo del territorio que considera una "parte inseparable" del continente.

Las conversaciones entre Li y Gore incluyeron la cuestión de la devolución de Hong Kong y la situación de los derechos humanos, un asunto delicado para ambas partes desde la violenta represión del ejército chino contra manifestantes civiles prodemocráticos en la plaza de Tiananmen, en 1989.

Li Peng aseguró a Gore que Hong Kong seguirá gozando de gran autonomía y el vicepresidente estadounidense demostró su buena voluntad al tratar la cuestión de los derechos humanos desde una perspectiva de largo plazo.

El interés nacional de Estados Unidos incluye el "diálogo con la nación más grande de la tierra y una relación constructiva que nos permita comunicarnos efectivamente con China", declaró Gore, quien agregó que ello no se limita "a cuestiones comerciales sino también a asuntos como los derechos humanos".

Wang Jisi, del Instituto Estadounidense de la Academia China de Ciencias Sociales, estimó probable que la política interna de Estados Unidos obstruya el desarrollo estable de las relaciones con el país asiático.

La "actitud terca" de los medios de comunicación estadounidenses y las "fuerzas antichinas del Congreso" estadounidense son los principales obstáculos de las relaciones bilaterales, afirmó.

Wang concluyó que, a pesar de la reciente revitalización de las relaciones entre Washington y Beijing, aún quedan pendientes de solución "varios problemas complicados todavía". (FIN/IPS/tra-en/ab/ral/aq/ip/97

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