El parlamento chino inició su primer período de sesiones luego de la muerte de Deng Xiaoping, rodeado de expectativa por la creciente independencia que ha venido asumiendo con respecto al Poder Ejecutivo, luego de cuatro décadas de obediencia prácticamente unánime al Partido Comunista.
EL Congreso Nacional del Pueblo (CNP) funcionaba principalmente para aprobar la línea política del Partido. Pero en los últimos años se transformó en una tímida voz del pueblo.
La irrelevancia política que fue la marca del Congreso, está siendo sustituida por una presencia más activa del órgano constitucional.
Los 3.000 integrantes del CNP se reúnen en asamblea una vez al año para aprobar leyes y analizar los informes del primer ministro y los ministros de Planificación Económica y Finanzas.
El CNP es el órgano constitucional más alto de China, promulga y modifica la legislación, analiza y comenta sobre los planes del Estado y los presupuestos nacionales, y designa y remueve a personas de los organismos constitucionales.
Criticada por ser una legislatura títere cuyos delegados son "máquinas que levantan las manos", en los últimos años el CNP se transformó en una asamblea independiente donde las semillas de la democracia se están arraigando.
Ello quedó demostrado en la sesión plenaria de 1995, cuando en tres votaciones diferentes, una cantidad sin parangón de delegados no respaldó la línea oficial del Partido.
Lo más dramático fue la votación de la nominación de Jiang Chunyun, el protegido del presidente y principal dirigente del partido, Jiang Zemin, para el cargo de viceprimer ministro a cargo de la cartera de Agricultura.
Un impresionante 36 por ciento votó en contra en un organismo que casi siempre en el pasado había tomado todas las decisiones por unanimidad.
La independencia legislativa también se manifestó en las discusiones sobre la modificación del Código de Procedimiento Penal. El CNP aprobó varias modificaciones liberales en el código, contra la severa oposición del Ministerio de Seguridad Pública.
"El CNP le quitó el monopolio al Ministerio de Seguridad Pública y eliminó el arresto administrativo", sostiene Michael Dowdle, profesor de derecho de la Universidad de Nueva York.
El arresto administrativo permitía detener a una persona sin procesarla o sin tener acceso a un abogado.
Algunos expertos atribuyen la nueva autoridad del CNP al peso político de su líder actual, el presidente del comité permanente, Qiao Shi. Miembro del poderoso buró político del Partido, está al frente del legislativo desde 1993 y hace todo lo posible para aumentar su poder.
En la sesión inaugural de la asamblea que concluyó el viernes, Qia Shi recordó las declaraciones del extinto líder supremo Deng Xiaoping, sobre la necesidad de aumentar la importancia del parlamento chino.
Aunque luego de la muerte de Deng instó a apoyar a Jiang Zemin y el resto de la dirigencia, Qiao Shi dejó en claro que seguiría presionando para que el "legislativo supervisara al gobierno, el Partido y el ejército".
"Se benefició de su cargo tanto como el CNP se benefició de que Qiao Shi fuera su presidente", afirma Dowdle.
Pero la reciente sesión parlamentaria demostró que las decisiones no eran sólo el resultado de la influencia carismática de una persona. Los delegados trabajaron activamente en pro de reformas laborales, impositivas y culturales.
El nuevo papel del CNP quedó en evidencia en la última sesión del organismo cuando por primera vez, 40 por ciento de los delegados rechazaron el informe anual del fiscal general.
Fue el mayor nivel de oposición registrado por el CNP. Con sólo el 59,6 por ciento de apoyo, el CNP no sólo expresó la falta de satisfacción popular con el aumento de la delincuencia sino también su creciente autoridad.
Aunque el parlamento de China aún dista de rechazar directamente toda legislación o designación relativa a los organismos del gobierno, los recientes acontecimientos sugieren que el parlamento está en camino de convertirse en un verdadero custodio del poder del pueblo. (FIN/IPS/tra-en/ab/ral/aq-jc/ip/97