"Morir es la noticia", un libro de 63 autores que recrea las vidas y muertes de 23 periodistas y nueve estudiantes de periodismo asesinados o desaparecidos tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, fue lanzado en Chile como un aporte "a la verdad y la memoria histórica".
La obra, que incluye también artículos sobre otros 20 trabajadores de la comunicación víctimas de la represión dictatorial y 21 periodistas fallecidos en el exilio o en el país como secuela del golpe, fue presentada en la noche de este jueves en la Biblioteca Nacional.
En las casi 500 páginas de "Morir es la noticia" desfilan testimonios e imágenes de los periodistas, del periodismo chileno de los años 60 y 70, como asimismo de la agitada vida política y universitaria de aquellas décadas.
La obra, editada por el periodista Ernesto Carmona tras un trabajo colectivo de un año y medio, es también una denuncia de la impunidad en que permanecen las violaciones de los derechos humanos en Chile, resaltó el diputado Andrés Aylwin.
En los casos de periodistas y comunicadores desaparecidos y asesinados, el libro incluye referencias de los respectivos procesos, sobreseídos por la ley de amnistía de 1978 o cerrados temporalmente "sin determinación de culpables".
La impunidad de los crímenes de periodistas es una constante mundial, señaló Hernán Uribe, dirigente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, quien durante la presentación del libro rindió homenaje a la última víctima de esta cadena: el reportero gráfico argentino José Luis Cabezas.
En "Morir es la noticia" se aportan nuevos antecedentes sobre conocidos periodistas, como Augusto Olivares, quien murió el mismo 11 de septiembre en el palacio de La Monea junto al presidente Salvador Allende.
Aparecen igualmente renovados testimonios sobre el fusilamiento de Carlos Berger en la ciudad de Calama el 19 de octubre de 1973, o el asesinato de José Carrasco, cometido el 7 de septiembre de 1986 en Santiago por un comando paramilitar.
Pero tal vez uno de los méritos fundamentales de la obra radica en que cuenta por primera vez la historia de decenas de periodistas, estudiantes de periodismo, camarógrafos, artistas y trabajadores gráficos hasta la fecha virtualmente ignorados.
En la extensa nómina de víctimas aparecen no sólo chilenos, sino también el camarógrafo argentino de televisión Leonardo Henrichsen y el periodista estadounidense Charles Horman, cuyo caso inspiró la película "Missing" (Desaparecido) de Costa Gavras.
Henrichsen fue "el periodista que filmó su propia muerte" durante el levantamiento militar contra Allende del 29 de junio de 1973, cuando fue baleado por un oficial y un soldado del Ejército en el centro de Santiago.
El camarógrafo cayó herido de muerte, pero su cámara siguió filmando y dejó para la posteridad la imagen del militar disparando, que sirvió de portada a "Morir es la noticia".
Horman, un joven estadounidense que publicaba un boletín informativo en inglés sobre la actualidad chilena, fue fusilado en el Estadio Nacional el 18 de septiembre de 1973, pero su cadáver fue ocultado hasta el 18 de octubre.
"Es la muerte la que cruza cada línea de este libro, pero en sus casi 500 páginas está la vida, la pasión por el oficio y por sobre todo, la libertad", dijo la periodista Faride Zerán al hablar en nombre de los 63 autores de "Morir es la noticia".
El libro "es un rescate que humaniza, pero a la vez se trata de un trabajo de investigación periodística de gran valor, ya que en muchos casos complementa una información insuficiente, lo que nos permite saber la verdad acerca de cómo, dónde y por qué de muchas ausencias", señaló Zerán.
"Se trata de ensayos que no sólo sustentan el entorno de nuestros muertos, sino que también nos confrontan al Chile de hoy", agregó la periodista.
"Un Chile con censuras y autocensuras, con una excesiva concentración en la propiedad de los medios de comunicación, y que ha barrido en pocos años de restauración democrática con lo que el régimen militar no logró en casi dos décadas", afirmó.
Zerán recordó que desde el fin de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90) se han cerrado en Chile cinco medios independientes, con la desocupación de decenas de periodistas y el acallamiento de las voces críticas.
En el Chile de hoy se ha logrado "banalizar el ejercicio de la profesión hasta el punto de que en éste, el tiempo del espectáculo, los bufones comunican mientras los periodistas sobreviven en la cesantía y el desgaste de los trabajos ocasionales", denunció entre los aplausos de sus colegas. (FIN/IPS/ggr/ag/cr-hd/97