Un diputado advirtió hoy en Chile una posible conjura para ocultar el origen del asesinato del recluta Pedro Soto, quien desapareció en diciembre de 1996 de un regimiento del Ejército hasta el hallazgo de su cadáver hace sólo dos semanas.
El diputado Nelson Avila aseguró que el joven conscripto Dagoberto Contreras, quien se declaró autor del crimen según un fiscal militar, "no estuvo solo" en el delito y no descartó que se le haya inducido a inculparse.
El presidente Eduardo Frei señaló a su vez este lunes el interés del gobierno en que se aclare este caso, que ha puesto en tela de juicio las campañas oficiales para mejorar la imagen del servicio militar obligatorio ante los jóvenes.
Soto, de 19 años, desapareció a mediados de diciembre de 1996 del regimiento Yungay de San Felipe y su cadáver mutilado apareció tres meses después en un socavón de un cerro cercano a esa ciudad, situada 88 kilómetros al norte de Santiago.
La investigación que llevaba a cabo el fiscal militar Waldo Martínez por la supuesta deserción de Soto se activó luego de que la Justicia designara la semana pasada como juez especial al magistrado Manuel Silva.
El juez deberá esclarecer las numerosas versiones sobre el origen del asesinato, en las cuales se entremezclan rumores sobre narcotráfico con denuncias de maltrato e incluso de acoso sexual contra el recluta en el interior de su regimiento.
La supuesta confesión de Contreras, un recluta amigo del joven asesinado, fue recibida con escepticismo tanto en círculos políticos y judiciales como entre los propios habitantes de San Felipe.
El diputado Avila, quien pidió el juez especial, elevó este lunes una solicitud al Consejo de Defensa del Estado para que se haga parte en el juicio.
El parlamentario señaló que Contreras tiene rasgos de "mitómano esquizofrénico", por lo cual su supuesta inculpación como autor del asesinato podría llevar el proceso a "laberintos insondables" que impidan conocer toda la verdad.
"Lo único que yo puedo asegurar a esta altura es que (Contreras) no está solo en esto", respondió Avila al ser interrogado sobre la posibilidad de que el supuesto asesino esté encubriendo a otros miembros del regimiento Yungay.
"Mi hijo es inocente", aseguró la madre de Contreras, María Yáñez, quien sostuvo que el propio fiscal Martínez tiene dudas sobre la culpabilidad del joven, ya que éste "ha cambiado su versión muchas veces".
El cadáver de Soto fue sometido a productos químicos para destruirlo y dificultar su identificación, y llevado al socavón del cerro La Virgen, lo cual hace suponer que hubo varios conjurados en el crimen.
El vicecomandante del Ejército, general Guillermo Garín, aseguró el último fin de semana que esta rama castrense no está involucrada en el asesinato.
El caso, sin embargo, reactivó inquietudes en torno a anteriores denuncias sobre malos tratos de los jóvenes que cumplen su servicio militar. (FIN/IPS/ggr/dg/hd/97