El combate al lavado de dinero sucio es aún más prioritario en Brasil tras un reciente escándalo con títulos públicos y nuevas revelaciones sobre la evasión de divisas vía Paraguay y mafias italianas.
Las ganancias ilegales con títulos de gobiernos estaduales y municipales en los tres últimos años pueden superar los 1.000 millones de dólares, según la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) del Senado, que hace cuatro meses trata de sacar a luz los fraudes.
Sólo hacia Paraguay fueron desviados 1.079 millones de dólares a través del pequeño Banco del Estado de Rondonia, sostiene un informe de la Policía Federal.
El senador Romeu Tuma, un experiente jefe policial, está investigando en la frontera cómo opera la evasión y el regreso del dinero lavado a Brasil.
Diariamente se transfiere de Brasil hacia Paraguay un promedio de 20 millones de dólares, informó la Comisión Bicameral de Investigaciones de ese país, que colabora con su congénere brasileña.
Varias cuentas bancarias en Estados Unidos y paraísos fiscales del Caribe ya fueron identificadas en nombre de operadores financieros que aparentemente se enriquecieron con el negociado de los títulos públicos y fraudes que intentaron disimular a través de una red de falsas empresas, llamadas "naranjas".
El escándalo, que involucra a actuales y ex gobernantes, coincide con informaciones de la justicia italiana según las cuales parte del dinero de Paulo César Farías, supuesto jefe de la corrupción en el gobierno brasileño entre 1990 y 1992, se encuentra en siete bancos europeos.
Las investigaciones dejarían al descubierto conexiones entre Farías, tesorero de la campaña electoral del ex presidente Fernando Collor de Mello, y la mafia, para el lavado de dinero o tráfico de drogas.
De otro escándalo anterior, en que fueron desviados recursos del sistema oficial de previsión social, el gobierno brasileño se apresta a cosechar frutos de sus esfuerzos policiales y de acuerdos internacionales para el combate al crimen organizado.
Estados Unidos debe entregar a Brasil en abril 3,2 millones de dólares incautados a Jorgina de Freitas Fernandes, condenada a devolver 112 millones de dólares que desvió del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS).
La ejecución de la sentencia brasileña en Estados Unidos, donde estaria el dinero, exigió tres años de trámites legales.
La suma recuperada es 10 por ciento inferior al total desviado, pero "tiene gran peso moral y jurídico", al poner fin a la impunidad de los corruptos que se refugian en el exterior, evaluó el procurador del Instituto, José de Holanda Alves.
En este caso, que involucró a abogados, jueces y dirigentes del instituto en fraudes cometidos entre 1989 y 1991, se comprobó el robo de 540 millones de dólares por medio de concesión de beneficios, indemnizaciones y jubilaciones mucho más elevados que lo debido.
La mayor parte del dinero robado fue invertida en la adquisición de inmuebles en Brasil, pero el caso de Jorgina Fernandes, que la policía sospecha de haberse refugiado en Costa Rica, indica que sumas importantes fueron enviadas al exterior.
La sucesión de escándalos multimillonarios fortalece también la sospecha de expertos de que Brasil es un importante centro de lavado de dinero ilegal, especialmente del narcotráfico y otras actividades delictivas organizadas.
El gobierno busca por ello multiplicar sus acuerdos de cooperación policial y jurídica con otros países, respondiendo al hecho de que actualmente "el crimen es transnacional", según el ministro de Justicia, Nelson Jobim.
Acuerdos que incluyen la devolución de dinero transferido ilegalmente fueron ya firmados con Italia y Francia y están en negociaciones en el ámbito del Mercado Común del Sur (Mercosur). Este será también un tema importante en la visita del presidente estadounidense, Bill Clinton, en octubre.
Brasil es, por el tamaño de su economía informal y la descentralización del poder estatal, fuerte candidato a sede principal de la "lavandería" del narcotráfico en el continente, destacó el economista colombiano Francisco Thoumi, del Centro Woodrow Wilson de Washington.
Hasta ahora era estratégico para el narcotrafico el control de las rutas hacia el gran mercado de las drogas, Estados Unidos. Pero con las abultadas y crecientes sumas acumuladas por la actividad, la clave pasó a ser el lavado, advirtió Thoumi. (FIN/IPS/mo/dg/ip-if/97