ASIA: Igualdad social no sigue el ritmo del crecimiento económico

Las economías emergentes de Asia mantienen su proceso de liberación y reformas, pero están preocupadas por la desigualdad social y los efectos secundarios del crecimiento.

A esta conclusión llegó el informe "Control ciudadano" ("Social Watch"), referido al desarrollo social de cuatro países asiáticos (Filipinas, India, Indonesia y Malasia) y elaborados por activistas locales.

Difundido la semana pasada, este volumen contiene la primera estimación anual efectuada por organizaciones no gubernamentales del cumplimiento de los compromisos asumidos en la Cumbre Social y la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebradas en 1995.

El informe indica que el crecimiento económico asiático continúa impresionando a muchos, y que el avance del sudeste del continente en las últimas tres décadas es frecuentemente atribuido a su amplia base social y a la generación de empleos.

Pero también es sabido que en Asia reside la mayoría de los pobres del mundo. India es el país donde viven más, con 350 millones que abarcan 40 por ciento de su población, pero Bangladesh es el país donde la pobreza ataca en mayor proporción, a 80 por ciento de sus habitantes.

Todos los países de la región procuran abrir sus economías para aumentar su competitividad en el mercado mundial, pero "ahora se acepta que la pobreza no puede ser reducida solo a través del crecimiento económico", establece "Control ciudadano".

A pesar de que los gobiernos aceptan esa premisa, su implementación del crecimiento en base al libre mercado tiene efectos secundarios como la desigualdad en el ingreso, la marginalización de las mujeres, la injusticia social y económica y la alienación.

Un país podrá registrar crecimiento económico, pero eso no significa que la brecha entre los que ganan más y los que ganan menos se cierre al mismo ritmo.

En Malasia, que pretende convertirse en uno de los "tigres" del sudeste de Asia, el 20 por ciento más pobre de la población recibe 4,6 por ciento de los ingresos totales, mientras el 20 por ciento más rico obtiene 53,7 por ciento.

En Tailandia, el 20 por ciento más pobre recibe 6,1 por ciento del ingreso, y el 20 por ciento más rico, 50,7 por ciento.

La quinta parte más rica de la población de Hong Kong obtiene 8,7 veces más ingresos que la más pobre, la de India y Pakistán, 4,7 veces más, y la de China, 6,5 veces más.

"A pesar de que la pobreza absoluta ha decrecido, preocupa cada vez más la creciente inequidad del país en términos de distribución de riqueza e ingresos en la sociedad", observó Meena Raman, de la Asociación de Consumidores de Menang, en el infe 60 por ciento de la población en 1970 a 13,67 por ciento en 1993. Pero el ingreso máximo aplicado como medida de pobreza por el gobierno indonesio es demasiado bajo, según Lefidus Malau, del centro de recursos femeninos Kalyanampobres que para los ricos.

La brecha también se registra entre las economías rurales y las urbanas y entre la zona peninsular y la oriental de Malasia, donde se ubican muchas poblaciones indígenas.

Rahman aseguró que el crecimiento de Malasia es insustentable. "Este tipo de crecimiento, que se levanta sobre la base de una distribución desigual de recursos, riqueza e ingreso, es indeseable", afirmó la activista.

Indonesia redujo sus pobres de 60 por ciento de la población en 1970 a 13,67 por ciento en 1993. Pero el ingreso máximo aplicado como medida de pobreza por el gobierno indonesio es demasiado bajo, según Lefidus Malau, del centro de recursos femeninos emasiado bajo, según Lefidus Malau, del centro de recursos

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