AMERICA LATINA: Yodo para una vida mejor

El bocio y otros trastornos causados por insuficiencia de yodo, como el cretinismo y el retardo mental, aún tienen alta presencia en América Latina, pese a estar en retroceso.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y el Consejo Internacional para el Control de los Trastornos por Deficiencias de Yodo advirtieron en un informe conjunto que casi 38 por ciento de los habitantes de América Latina y el Caribe están afectados o se hallan en riesgo debido a su bajo consumo de yodo.

Se trata de cerca de 168 millones de personas, de las cuales 63 millones padecen bocio, una inflamación de la glandula tiroides que en su estado más avanzado produce un abultamiento notorio en el cuello.

El bocio es el principal signo externo de la falta de yodo en el organismo. Hay otros trastornos, casi todos severos, como el retardo mental, la sordomudez, el cretinismo, la parálisis y convulsiones en los miembros inferiores, problemas de aprendizaje, coordinación subnormal, el enanismo y el estrabismo.

La insuficiencia de yodo también afecta las funciones reproductivas de la mujer y aumenta el riesgo de abortos, de bajo peso del bebé al nacer o de anormalidades congénitas, y es factor de mortalidad de niños y adolescentes.

Segun la OMS, en 1990 se contaban 26 millones de personas en el mundo con daño cerebral debido a la baja ingesta de yodo. De ellos, seis millones sufrían cretinismo.

Otros 200 millones padecían entonces bocio, y 1.000 millones de personas estaban en riesgo. La OMS fijó plazo para el 2000 para la erradicación de esa enfermedad.

Pero cuando faltan únicamente tres años para la expiración del plazo, el objetivo parece difícil de alcanzar, por lo menos en América Latina, donde existen países con bolsones de población afectada, según la OMS.

América Latina está catalogada como región de riesgo medio. La incidencia del bocio y la población en riesgo oscilan entre cinco y 20 por ciento, según el país de que se trate.

Aún en naciones donde la baja ingestión de yodo no es un problema, como Brasil o Colombia, existen zonas en que la presencia del bocio es de 25 por ciento, superando ampliamente el promedio nacional.

Pero en Paraguay y Perú, considerados por la OMS como países con severas deficiencias de yodo, la cantidad de pobladores con bocio supera la propoción máxima registrada en el resto del mundo.

Casi 49 por ciento de la población de Paraguay, más de dos millones de personas, presentan bocio, incipiente o avanzado. Otros dos millones estarían en riesgo de contraerlo, a juicio de los especialistas, y las autoridades de salud lanzaron una campaña de yodización de la sal de consumo.

Así mismo, se han distribuido 600.000 dosis de aceite yodado en las áreas de mayor riesgo.

En Perú, la población en riesgo suma 14 millones de personas, de las cuales ocho millones (35 por ciento del total de habitantes) están afectadas de bocio o sufren algún otro trastorno por insuficiencia de yodo.

Los funcionarios de salud instan al público a consumir sal yodada, pero lograrlo "no es tarea fácil", reconoció Nelly Baiocchi, directora del Centro Nacional de Investigación y Nutrición de Perú.

Una de las zonas en mayor riesgo es el medio rural del altiplano, donde predomina la pobreza extrema y la comunicación con las áreas urbanas es precaria.

"La producción de sal yodada se ha incrementado notoriamente en los ultimos anos, hasta cubrir aproximadamente 86 por ciento de las necesidades", informó Baiocchi

Esa medida ha dado buenos resultados en otros países de la región. Bolivia, por ejemplo, que presentaba la incidencia más alta de bocio hace 15 anos, con 60 por ciento, pudo reducir a 20 por ciento la población afectada.

Bolivia aumentó la oferta de sal yodada mediante la intalación de plantas yodadoras financiadas con ayuda internacional, observó José Rivero, director de Micronutrientes del Ministerio de Salud.

Organizaciones no gubernamentales (ONG) que trabajan con la poblaciones en riesgo en Perú coordinan esfuerzos para encontrar soluciones prácticas y viables al problema.

"Creemos que un esfuerzo sostenible requiere el esfuerzo de diversos sectores, tales como educación, transportes e industria, y no sólo del área de la salud", dijo Alvaro Gómez, director de una ONG que trabaja en el altiplano peruano. (FIN/IPS/zp/ff/he/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe