El primer bimestre del año entrega algunos cambios particulares en la inflación de América Latina en relación a 1996, entre las cuales se destaca la pérdida de primacía de Argentina en materia de caída de los precios.
Las estadísticas oficiales que recopilan mes a mes los corresponsales de IPS en la región muestran a Bolivia como el país de menor crecimiento del índice de precios al consumidor (IPC) en los dos primeros meses de 1997, con 0,2 por ciento.
Argentina, en cambio, acumula un IPC de 0,9 por ciento, que en dos meses "desborda" la inflación de 0,1 por ciento que tuvo en todo 1996, un año en que los argentinos vivieron un continuo proceso deflacionario.
Nicaragua, con un IPC bimestral de 0,4 por ciento, y Perú, con 0,6, acompañan a Bolivia como las naciones de menor crecimiento de los precios en los dos primeros meses del año, relegando a Argentina a un cuarto y posiblemente quinto lugar, una vez que se conozca la inflación acumulada en Panamá.
Restan aún 10 meses para determinar si se trata de un episodio coyuntural, o si tienden a generalizarse en la región las mini- inflaciones que bordean la peligrosa deflación, que está acompañada generalmente de altas tasas de desempleo.
Argentina fue un ejemplo relevante de ese proceso en el último año y hasta hoy mantiene la tasa más baja de inflación anualizada en América Latina, con un IPC de 0,4 por ciento en los 12 meses transcurridos hasta febrero.
El panorama general de los precios en la región exhibe igualmente algunos ejemplos de relativo desborde del IPC en comparación con los resultados de 1996, como son los casos de Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador y Guatemala.
En Chile la inflación bimestral es de 1,3 por ciento. La tasa anualizada, de 7,2, supera largamente la meta gubernamental de 5,5 por ciento para este año, pero las autoridades confían en revertir esta situación, atribuida a factores estacionales y a una sequía que ya se prolonga tres años.
Costa Rica, que cerró 1996 con éxito en materia de control de la inflación, siguió esa línea en enero, con un IPC de 0,63 por ciento, aunque en febrero los precios se "dispararon" 2,06 por ciento, para llevar el acumulado bimestral a 2,70 por ciento.
En Ecuador, la crisis que acompañó la destitución de Abdalá Bucaram por el parlamento se tradujo en enero en un alza de precios de 6,4 por ciento, que cedió relativamente en febrero, con un IPC de "sólo" 3,2 por ciento.
El Salvador y Guatemala muestran a su vez en el bimestre una inflación de 2,2 y 3,42 por ciento, respectivamente, y los precios tienden a sobrepasar las tasas de 7,3 y 10,85 por ciento que esas dos naciones tuvieron en 1996.
A los casos ya señalados de Bolivia, Nicaragua, Perú, Panamá y aún Argentina, como ejemplos de baja inflación, se suman otros países con señales de logros en su empeño por bajar el índice de precios al consumidor.
Con un acumulado bimestral de dos por ciento, Brasil muestra una tendencia anual de 8,7 por ciento, inferior a su registro inflacionario de 9,3 por ciento de 1996, considerado uno de los signos más favorables de la economía regional el último año.
México, pese a permanecer aún en el cada vez más esmirriado grupo de inflación anual de dos dígitos, parece encaminarse a bajar la tasa de casi 28 por ciento de 1996, con un índice anualizado a febrero de 25,6 por ciento.
La economía de Paraguay refleja asímismo una tendencia a la baja de la inflación, que fue de 8,3 por ciento en 1996, y que en febrero se situó en 7,6 por ciento, en términos anuales.
Venezuela, la "oveja negra" de la región en 1996 con una inflación de tres dígitos (103,2 por ciento), logró ya regresar a los dos dígitos, con un IPC anualizado a febrero de 82,8 por ciento.
Entre los países que en este primer bimestre tienden a mantener su comportamiento inflacionario de 1996 están Colombia y Uruguay, con tasas anualizadas en torno de 22 y 24 por ciento respectivamente, y posiblemente Honduras, que aún no divulga el índice oficial de febrero. (FIN/IPS/ggr/ff/if/97