La antigua guerrilla de América Central, derrotada en las urnas por segunda vez en Nicaragua, parece resurgir como opción de poder en la región tras las elecciones del domingo en El Salvador.
Pese a las diferencias en que cada una de ellos pasó de la lucha armada a la vida civil, el triunfo electoral del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador "puede estar señalando un camino para el resto de América Central", dijo a IPS el sociólogo Raúl Leis.
Además de haber obtenido 38,5 por ciento de los sufragios para diputados, frente a 35,2 por ciento de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), de derecha, el FMLN conquistó la alcaldía de la capital, cargo que ocupaba el presidente Armando Calderón Sol cuando se postuló en 1994.
Hasta hace pocos meses, los expertos creían que sólo el Frente Sandinista, que gobernó Nicaragua desde 1979 hasta 1989, era el único con posibilidades de arrastre electoral en América Central.
Pero la mala imagen de la llamada "piñata" con los bienes expropiados al fallecido ex dictador Anastacio Somoza cuando el Frente Sandinista estuvo en el poder y el discurso radical de su candidato Daniel Ortega en la campaña para las elecciones de octubre, echaron por tierra tales opciones, según los expertos.
En Guatemala, la falta de experiencia en lides electorales y la vida clandestina que enfrentaron los principales dirigentes guerrilleros constituyeron fuertes puntos en contra a la hora de pasar de la lucha armada a la electoral.
Sin embargo, el FMLN -que hasta 1992 se mantuvo en la lucha armada en El Salvador- habría encontrado la forma de calar en un electorado agobiado por la pobreza, el desempleo, graves problemas de seguridad personal y el natural desgaste de ARENA.
Leis señaló que en el caso salvadoreño pudo haber prevalecido el hecho de que "la población está perdiendo el miedo al cuco de izquierdas y derechas" que predominó en el pasado como mensaje electoral.
Por ello es importante, a su juicio, que el triunfo del FMLN haya sido a nivel legislativo y municipal, "pues eso significa que la sociedad civil ve que es posible hacer acuerdos desde la base con partidos políticos y candidatos de extracción popular".
El fenómeno, que se manifestó también en las elecciones de 1994 en Panamá con el emergente Movimiento "Papa Egoró", podría ser expresión "de una nueva forma de democracia, de legitimar lo que se ha conquistado y buscar por esa vía la equidad social", subrayó.
El sociólogo dijo que la gente quiere el orden que prometen los partidos tradicionales, "pero también entienden que la democracia requiere desarrollo económico, reparto del poder y equilibrio social como planteó el FMLN".
En efecto, el actual diputado del FMLN Miguel Sáenz indicó que ARENA tendrá que dejar de actuar con "el autoritarismo, la arrogancia y prepotencia con que ha impuesto una serie de leyes antipopulares" durante esta legislatura, como fue el caso del aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Asimismo, Sáenz dijo que el presidente Calderón Sol "tendrá que olvidarse de su arrogancia" y "negociar para llegar a la concertación" con todos los partidos políticos y representantes de la sociedad civil.
Leis recordó que en el caso salvadoreño, lo mismo que en otros países de la región, la población está exigiendo que la libertad y el derecho a elecciones libres alcanzado en el actual proceso de democratización sea complementado con la equidad.
"Democracia con hambre no es democracia ni tampoco es posible sostenerla", subrayó Leis al analizar el cambio de actitud que tuvo el electorado salvadoreño en los comicios del domingo. (FIN/IPS/sh/ag/ip/97
