AMERICA: Barreras en el camino del nuevo orden hemisférico

Los extremos no se tocan, por lo menos en el continente americano, comprobó la reunión de viceministros del hemisferio que esta semana comenzó a discutir cómo negociar la construcción del Area de Libre de América (ALCA).

En una reunión mantenida en ela ciudad brasileña de Recife, el Cono Sur se presentó unido, oponiéndose a los dos países más septentrionales.

Fijar un plazo máximo para reducir aranceles y negociar en tres etapas son los planteos del Mercado Común del Sur (Mercosur), constituido por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y con Chile y Bolivia como asociados.

La principal contradicción se refiere al ritmo. Estados Unidos quiere negociar la apertura de los mercados a partir del próximo año, mientras el Mercosur quiere aplazarlo para el 2003 y Canadá propone una negociación continua de todos los puntos entre 1998 y 2003.

Por detrás de los plazos, aparecen cuestiones sustantivas. El ALCA apunta a ser la zona de libre comercio más grande del mundo, con un producto de 7,5 billones de dólares, pero también la más heterogénea.

Lo que se pretende es abrir totalmente las fronteras comerciales entre la mayor economía mundial (Estados Unidos) y otros 33 países, entre los cuales 14 caribeños, muchos limitados a islas con centenares o decenas de miles de habitantes.

Entre la primera y la segunda economía del continente la proporción es de ocho a uno. El desequilibrio no es sólo de tamaño, sino también de desarrollo económico, social y tecnológico, que determina intereses discrepantes.

Es así que el Mercosur, gran exportador de productos primarios, quiere negociar el fin de los subsidios agrícolas antes de la desgravación arancelaria y Estados Unidos la inversa, ya que protege fuertemente a algunos sectores de su agricultura.

La primera etapa de negociación, de las tres que propone el Mercosur, debería estar centrada únicamente en la "facilitación" de los negocios, con la remoción de obstáculos burocráticos, sanitarios.

En la segunda, a partir del año 2000, se trataría de los subsídios y normas como medidas compensatorias y antidumping.

Estados Unidos admite dos etapas, pero quiere empezar por la negociación sobre inversiones, servicios, propiedad intelectual y aranceles, reflejando intereses concentrados en la defensa de suscapitales y patentes y en la exportación de productos manufacturados y tecnología.

Eliminar subsidios a la agricultura quedaría para después del año 2000, porque se trata de "la cuestión más sensible" para Estados Unidos, reconoció un negociador de ese país.

Brasil encabeza los reclamos del Mercosur, por su extensa "agenda negativa" con Estados Unidos.

Por lo menos 24 productos brasileros, como jugo de naranja, aceros, tabaco, azúcar y calzados, enfrentan aranceles considerados "abusivos", derechos compensatorios y limitaciones por cuotas de parte de Estados Unidos.

Brasil pretende eliminar esas restricciones, en primer lugar. Representan mitad del déficit comercial de 5.539 millones de dólares que el país registró el año pasado y afectan exactamente "los rubros en que somos más competitivos", se quejó el canci ller Luiz Felipe Lampreia.

Además Estados Unidos distorsiona el intercambio con su mayor capacidad financiera, al subsidiar exportaciones con cerca de 1.000 millones de dólares al año, y ofrecer créditos en condiciones ventajosas a los importadores, dijo Paulo Venturelli, representante del Ministerio de Agricultura brasileño en Recife.

Canadá, que tiene problemas e intereses en todos los sectores, como país industrializado y exportador agrícola, defiende una negociación sin división en temas y etapas.

Una cuarta propuesta fue presentada por los países caribeños que, en tanto pequeñas economías, tienen naturalmente intereses específicos y desean un tratamiento especial, como un período de gracia para aplicar las medidas acordadas, asistencia técnica y fi anciera.

Los países andinos amenazan también con agregar una propuesta propia.

La pretensión del Mercosur de eliminar los subsidios a la producción agrícola y a exportaciones no podrá contar con el apoyo de centroamericanos y caribeños, pequeños países que importan alimentos de Estados Unidos y no querrían pagar precios más ele vados.

Las numerosas discrepancias que obstruyen el camino del ALCA volverán a ser discutidas en abril, en Rio de Janeiro.

Se espera que esas diferencias sean superadas antes del tercer Encuentro de las Américas, a nivel ministerial, que tendrá lugar en mayo, en Belo Horizonte, capital del estado brasileño de Minas Gerais. (FIN/IPS/mo/dg/if/97

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