El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) confía en poder "recuperar" a tres países occidentales que retienen sus contribuciones en protesta por la lentitud de las reformas del organismo.
Gran Bretaña, España y Estados Unidos no pagaron al PNUMA los aportes correspondientes a 1997 argumentando que un puñado de naciones en desarrollo bloquean cualquier intento de reformar la agencia, con graves dificultades financieras.
"Confío en que los tres países se mantendrán dentro de la organización", manifestó Elizabeth Dowdeswell, directora ejecutiva del PNUMA, y agregó que los tres "están muy comprometidos con un fuerte programa ambiental de la ONU".
Juntos, explicó, los tres países contribuyen con "menos de 50 por ciento y más de 25 por ciento" del presupuesto anual de la agencia, que se redujo de 160 millones de dólares en 1991-92 a 75 millones en 1998-99.
Los poderes ejecutivos del PNUMA están divididos entre el Consejo de Gobierno y una Comisión de Representantes Permanentes de la ONU, con sede en Nairobi. Ambas autoridades libran una lucha de poder por asuntos de "gobierno", según Dowdeswell.
"Esta agencia necesita asesoramiento político oportuno y de buena calidad por parte de los gobiernos, y estamos intentando encontrar la fórmula correcta", agregó.
Gran Bretaña, España y Estados Unidos advirtieron que retendrán los aportes hasta que se resuelve el conflicto de gobierno. Dowdeswell espera que el problema se resuelva en la próxima sesión del Consejo de Gobierno, prevista para el 3 de abril.
La disputa se trata de "burocracia, control y jurisdicción", y en parte está motivada por "un pequeño grupo de embajadores con un punto de vista muy particular", afirmó Eileen Claussen, secretaria adjunta de estado de Estados Unidos para Asuntos Ambientales Internacionales.
"Actualmente, el PNUMA padece una pérdida de influencia y visión estratégica. En lugar de realizar un número limitado de actividades con eficacia, su plan de trabajo está desarticulado y carece de prioridades claras", agregó.
Uno de los embajadores con "un punto de vista muy particular" es T.P. Sreenivasan, de India, presidente de la Comisión de Representantes Permanentes.
Según Sreenivasan, desde la última sesión del Consejo de Gobierno las naciones industrializadas reclaman una revisión de las estructuras de gobierno del PNUMA "aunque la necesidad actual consiste en mejorar los recursos y darle un liderazgo a la agencia".
Por insistencia de los países industrializados, el director ejecutivo propuso la creación de una Junta Ejecutiva "como panacea para los males del PNUMA", explicó.
"Las naciones en desarrollo lo rechazaron unánimemente, porque la propuesta afecta las raíces de la adopción democrática de decisiones y la importancia de Nairobi como sede del PNUMA", destacó Sreenivasan.
Por lo tanto, "la controversia no es sobre los méritos de los ministros en oposición a los embajadores, sino acerca de los méritos de un sistema democrático de gobierno contra un club exclusivo y del mantenimiento de Nairobi como centro de actividades ambientales", concluyó.
En el foro internacional Río más Cinco, finalizado el miércoles en Río de Janeiro, Dowdeswell manifestó su intención de fortalecer la agencia transformándola en una Organización Mundial de Medio Ambiente que sirva de contrapeso a la Organización Mundial del Comercio.
El PNUMA plantearía la iniciativa en una sesión especial que celebrará en junio la Asamblea General de la ONU para tratar temas ambientales. (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/ml/en/97
