El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) instó a los gobernantes y parlamentarios del Norte industrial a comprometerse a "una acción más decidida" para reducir la emisión de los gases causantes del cambio climático.
Las medidas para disminuir la emisión de los llamados "gases invernadero" son "un asunto de justicia global", advirtió el secretario general del CMI, Konrad Raiser.
Raiser intervino ante los delegados de 150 naciones que desde el 25 de febrero participan en Bonn en un debate sobre la Convención de Cambio Climático.
A su juicio, el recalentamiento de la Tierra es causado por "el contaminante estilo de vida de los ricos países industrializados", pero su impacto será sentido por "los habitantes de los pequeños estados isleños y de regiones costeras".
Agregó que "los pobres serán severamente afectados" por el cambio climático.
El recalentamiento de la Tierra se debe, según la opinión científica mayoritaria, a la acumulación en la atmósfera de dióxido de carbono y otros gases que atrapan la radiación solar al modo de un invernadero.
La consecuencia será el derretimiento de hielos polares y el aumento del nivel de los oceéanos, una amenaza para islas y tierras bajas litoraleñas.
El CMI, que agrupa a 330 iglesias cristianas nacionales de 100 países, lanzó en marzo de 1996 la Campaña contra el Cambio Climático, con el propósito de presionar al Norte industrial a cumplir los compromisos surgidos de la Cumbre de la Tierra, realizada hacia junio de 1992 en Río de Janeiro.
La campaña tiene el respaldo de corrientes religiosas y organizaciones ambientalistas. Entre los participantes se cuentan la Iglesia Anglicana, los Discípulos de Cristo, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, la Federación Mundial Luterana, la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas y la Conferencia Mundial Menonita.
También han adherido la Asociación Cristiana de Jóvenes, la Sociedad Internacional de Médicos por el Ambiente, la Cruz Verde Internacional y Amigos de la Tierra.
El ex presidente alemán Richard von Weizsaecker afirmó que es necesario actuar de inmediato contra el efecto invernadero, como lo pide el CMI.
"Es preciso el esfuerzo concertado de todos los países industrializados para reducir de modo permanente la emisión de gases invernadero. La tecnología necesaria ya existe", dijo Von Weizsaecker, que integró el comité central del CMI.
La disminución de las emisiones contaminantes "se ha convertido en una ácida prueba para los políticos de nuestras democracias", agregó.
La reunión de Bonn es preparatoria de la tercera Conferencia ministerial de las Partes de la convención de cambio climático, a celebrarse hacia diciembre en Kyoto, Japón. (FIN/IPS/tra- en/raj/jl/ff/en/97
