Una fundición de cobre en Perú, propiedad de la empresa estadounidense Asarco, ocultó durante años el elevado nivel de contaminación de sus emisiones que hubieran sido prohibidas en Estados Unidos.
Los residentes afirman que la fundición envenenó el aire, afectó los cultivos de alfalfa, patata, maíz, olivos, arroz y azúcar y que los casos de asma infantil en la zona aumentaron dramáticamente, aunque no están confirmados científicamente.
La Corporación de Cobre del Sur de Perú (SPCC), opera en el pueblo desértico de Ilo al sur de ese país desde hace 40 años.
La compañía midió la calidad del aire local durante años y sabía exactamente la cantidad de contaminación provocada por la fundición. Pero las cifras nunca se revelaron al público.
Informes de la compañía se filtraron a la prensa y revelaron que la calidad del aire en torno a la fundición es 20 veces peor que los niveles recomendados por la Agencia de Protección del Ambiente de Estados Unidos (EPA).
Los expertos del ambiente afirman que las emisiones podrían ser 100 veces mayores a lo permitido en Estados Unidos.
Las fundiciones miden sus propias emisiones regularmente para demostrar que cumplen con la ley y los patrones de salud internacionales.
Asarco toma muestras de aire cada media hora en estaciones de control sobre la fundición en Ilo. Las mediciones se realizan a 35, 58, 110 y 120 metros sobre el nivel de mar en cuatro estaciones de control. La fundición está situada 20 metros sobre el nivel del mar.
La EPA recomienda que la cantidad promedio de dióxido de azufre en el aire no exceda 30 partes cada mil millones. Los niveles diarios no deben exceder 140 partes por cada mil millones más de una vez al año, y los niveles no deben exceder nunca 500 partes por cada mil millones en un período de tres horas.
Las cifras de la compañía revelan que los niveles de dióxido de azufre excedieron 300 partes por cada mil millones durante 20 días en mayo de 1995, en dos de las estaciones de control. Ello es más del doble de lo permitido por la EPA para un solo día durante el año.
Las cifras cada media hora son más alarmantes aún. En una de las estaciones, los niveles de dióxido de azufre fueron de 5.520 partes por cada mil millones en la mañana del 8 de mayo de 1995, 5.160 partes en la mañana del 15 de mayo y 4.660 partes en la mañana del 16 de mayo.
Susan Stone, funcionaria de EPA, sostiene que un informe de EPA revela que 600 partes de dióxido de azufre cada mil millones durante cinco minutos podrían provocar ataques de asma que requieran hospitalización.
Donald Noyes, vocero de Asarco, declaró a IPS que los niveles de EPA en Estados Unidos eran demasiado severos.
"No son realistas. Además, no creo que los efectos del dióxido de azufre sobre la salud sean los mismos en Perú que en Estados Unidos", agregó.
La información revela que las emisiones promedio para julio de 1995 fueron de 600 partes por cada mil millones, una tercera parte más altas que en abril de 1993, cuando las emisiones fueron de 450 partes por cada mil millones.
El aumento tuvo lugar aún cuando el Ministerio de Energía y Minería advirtió a la compañía que redujera la contaminación. La resolución surgió después de duras campañas de activistas para obligar a la compañía a cambiar su proceder.
En 1991, el ministerio ordenó a SPCC que construyera una planta de tratamiento de las emisiones de azufre con capacidad para 140.000 toneladas por año.
Una comisión multisectorial recomendó en 1989 que Asarco construyera una planta de tratamiento de 300.000 toneladas por año para fines de 1996.
Noyes declaró a IPS que la compañía cumplirá con las exigencias del ministerio y de la comisión.
"Construimos una planta para tratar 180.000 toneladas de ácido sulfúrico por año a un costo de 105 millones de dólares, que eliminará 18 por ciento de la contaminación. Para 1998, la planta tendrá una capacidad de 300.000 toneladas".
Gene Crumpler, funcionario de EPA, declaró a IPS que, en su opinión, la planta de ácido sulfúrico es prácticamente inútil.
"El problema con los hornos de este tipo de fundiciones es que emiten grandes cantidades de dióxido de azufre de baja concentración difíciles de capturar", afirma. "En otras, las emisiones son más concentradas y fáciles de atrapar".
Noyes afirma que la compañía prevé cambiar el horno en breve.
Asarco, cuyos ingresos en 1995 fueron de 3.200 millones de dólares, fue la segunda compañía con mayor contaminación en Estados Unidos en 1994. Ese año, la compañía emitió 3.150 toneladas de residuos tóxicos en 11 lugares distintos. (FIN/IPS/tra-en/pc/yjc/aq-jc/en/97