/AMBIENTE/: Fortaleza de las ONG es el saldo positivo de Rio

La potenciación de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) como instrumentos determinantes en favor de un desarrollo sustentable es uno de los resultados más positivos de la "Cumbre de la Tierra" celebrada en 1992, según uno de los líderes ecológicos latinoamericanos.

El venezolano Arnoldo José Gabaldón aseguró que el movimiento ambientalista se afianzó como un factor de presión positiva para que se cumpla la Agenda XXI, que resume los compromisos de los gobiernos del mundo, en junio de 1995 en Rio de Janeiro, para preservar ambientalmente el planeta el siglo próximo.

Gabaldón fue el primer ministro del ambiente que tuvo América Latina y es el actual presidente del Consejo Directivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), mientras también es miembro del Consejo de la Tierra.

El Consejo de la Tierra, creado tras la cumbre de Rio, promovió la reunión del movimiento ambientalista mundial, que se realizará en esa ciudad brasileña entre los días 13 y 19, para establecer nuevas estrategias que fuercen a los gobiernos a acatar más firmemente los compromisos de la agenda.

El foro "Rio más Cinco" antecederá a la asamblea general extraordinaria de las Naciones Unidas (ONU), que en junio revisará la marcha de la Agenda XXI y debatirá la institución de una autoridad ambiental mundial, que vigile su aplicación.

Además en el foro de Rio se discutirán los puntos que deben integrar una proyectada Carta de la Tierra, que se quiere establecer como un equivalente de la Declaración de los Derechos Humanos y entre en vigor en el año 2000.

Otro punto que centrará la atención de "Rio más Cinco" será el análisis sobre el impacto de la globalización, el establecimiento de grandes bloques comerciales y la carrera de la competitividad, que para unos obligará a aumentar la eficiencia ambiental y para otros tendrá al ambiente como víctima.

Gabaldón dijo a IPS que desde la llamada Cumbre de la Tierra, "ha habido progresos importantes a nivel puntual y legal", entre los que destacó la creación en distintos países "de una conciencia sobre el paradigma del desarrollo sustentable".

"Pero a nivel global la trayectoria de deterioro del planeta no ha podido cambiar su orientación insustentable", subrayó el dirigente, quien también formó parte de la Comisión Brundtland, que acuñó el concepto de desarrollo sostenible, como el único que puede llamarse tal, al basarse en el hombre y su hábitat.

Gabaldón matizó que nadie esperaba que en cinco años se pudiera reorientar una trayectoria de un desarrollo agresor del ambiente e indiferente a su impacto presente y futuro en las condiciones de vida de la Tierra y sus habitantes.

Pero la realidad es que "muchas de las metas que se trazaron en Rio no se cumplieron, en especial en la asistencia técnica y financiera" que el Norte Industrial se comprometió a dar a los países del Sur en desarrollo.

Ese apoyo para cumplir una meta que es responsabilidad global del planeta, "es una mora muy evidente" y ha desfavorecido la mejoría de la situación ambiental de los países del Sur, donde se concentra ahora la mayor riqueza biogenética terrestre.

Gabaldón consideró que eso ha incidido en parte en lo que para él representa el mayor fracaso hasta ahora de la cumbre, el hecho de que la pobreza en lugar de disminuir haya crecido desde 1992.

Cifras del Consejo de la Tierra preparadas para el foro "Rio más Cinco" indican que la brecha entre ricos y pobres del mundo se duplicó en los últimos años mientras en 100 países la población soporta peores índices de pobreza que hace tres lustros.

La pobreza contribuye tanto a la inseguridad humana y ambiental como el exceso de consumismo que desde el Norte agota agua y bosques.

Una cuarta parte de la población mundial consume 75 por ciento de las materias primas y produce tres cuartas partes de los desechos solidos, indican las cifras.

Para Gabaldón algo positivo en el camino abierto en Rio es que los organismos financieros multilaterales han incrementado sus carteras de proyectos de ambiente y han incorporado activamente ese factor como requisito para apoyar proyectos de desarrollo.

Además se creó el Fondo Mundial de Ambiente (conocido por su sigla en inglés GEF), que no funcionó como se esperaba pero que maneja recursos que son 20 veces los del PNUMA y activó una cartera de proyectos promotores de un desarrollo humano sustentable.

Sobre el comportamiento de los países latinoamericanos, Gabaldón dijo que ha habido algunos como Costa Rica "que han hecho su tarea muy bien" o Bolivia que hizo esfuerzos nnotables "y tuvo el coraje de convocar una cumbre presidencial sobre el desarrollo sustentable", en diciembre.

Pero en general se avanzó en forma insuficiente y en algunos, como Venezuela, el tema del desarrollo sostenible "sigue siendo una ilusión al margen del debate político" y o no se incorpora a la agenda o salió de ella, en contracorriente con la Agenda XXI.

Un elemento polémico en la región es el del falso enfrentamiento del concepto tradicional de soberanía y el de la seguridad ecológica latinoamericana y global.

"La globalización muestra que la seguridad de los países es amenazada no sólo con factores geopolíticos clásicos, sino con problemas ambientales globales, lo que obliga a concertar posiciones e ir más alla del concepto tradicional de soberanía", analizó Gabaldón.

Ayudar a cambiar esa mentalidad, es uno de los muchos papeles de vanguardia que Gabaldón adjudica al movimiento ambiental reunido en las ONG como expresión de la sociedad civil comprometida.

"Eas organizaciones van a ser los factores determinantes en los cambios que todavía no han ocurrido y que van a tener que producirse porque la seguridad humana integral depende de ello", concluyó el presidente del consejo del PNUMA. (FIN/IPS/eg/dg/en/97

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