ALBANIA: Italia teme arribo masivo de refugiados

La clase política italiana se prepara para hacer frente a un inminente aluvión de refugiados procedentes de Albania, que se encuentra a un paso de la guerra civil.

El gobierno teme que se produzca un éxodo masivo de Albania, el país más pobre de Europa, ubicado a sólo 70 millas marinas de las costas italianas, unas cuatro horas de navegación en el mar Adriático.

Las autoridades no descartan que la eventual emigración de albaneses tenga proporciones aún mayores que en agosto de 1991, cuando 20.000 personas llegaron a Italia a bordo de una nave colmada hasta lo increíble.

La fotografía de esa nave, en que los viajeros aparecían encaramados hasta en los mástiles, dio la vuelta al mundo por su dramatismo.

Por largo tiempo sometida al dominio turco, independiente desde 1912, anexada a Italia de 1939 a 1944, Albania fue sometida después de la segunda guerra mundial a un duro régimen comunista que la aisló del mundo hasta la apertura política de diciembre de 1990.

Más de 1.000 agentes de orden público apoyados por helicópteros vigilan las costas de Puglia, en el sur de Italia, en previsión del desembarco de refugiados albaneses.

Mientras, las organizaciones humanitarias, como Caritas, dependiente de la Iglesia Católica, solicitaron medidas de emergencia para acogerlos.

Fuentes albanesas citadas por la prensa italiana señalaron que quienes pretenden abandonar aquel país pagan precios astronómicos a las organizaciones que los llevan a Italia.

Antes de la crisis se pagaban unos 500 dólares, mientras que ahora, el precio se sitúa en 1.000 dólares por persona.

El ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Lamberto Dini, advirtió que el caso de Albania no es sólo un problema italiano, sino europeo e internacional.

"Es necesario que se aprueba rápidamente un plan internacional de financiamiento en favor de Albania", observó Dini.

El ministro de Defensa, Beniamino Andreatta, declaró que el gobierno de Romano Prodi es partidario de una solución política de la crisis de Albania, a cuyas autoridades "sugerimos flexibilidad".

"Existe una presión de parte nuestra y de otros países para que el estado de emergencia no de lugar a un estado policial, sino a la restauración de la vida democrática", dijo Andreatta.

Massimo D'Alema, secretario general del ex comunista Partido Democrático de Izquierda, la principal fuerza de la coalición de gobierno, pidió a Italia y a la comunidad internacional la adopción de medidas para la solución de la grave situación de Albania y de apoyo a los ciudadanos estafados por quiebras fraudulentas.

La crisis albanesa estalló el 15 de enero, al declararse en bancarrota empresas financieras que ofrecían altos intereses, de hasta cien por ciento, y en las cuales cientos de miles de personas depositaron sus ahorros.

Esas firmas se apoderaron de ahorros por 900 millones de dólares. El episodio rebalsó la paciencia de un pueblo que sufre las consecuencias de una grave crisis económica.

El gobierno italiano solicitó al presidente de Albania, Sali Berisha, la constitución de un gobierno de amplia representación política y abierto por lo tanto a las fuerzas de oposición.

Así mismo, pidió un "dialogo constructivo", la "renuncia al uso de la fuerza", y el "respeto de los principios democráticos en esta fase de emergencia".

También aconsejó el saneamiento financiero y la creación de instituciones democráticas bajo la vigilancia de la comunidad internacional.

El Ministerio de Relaciones Exteriores cree necesaria en Albania una gestión conjunta del gobierno y la oposición para aislar a los elementos extremistas.

Pero Berisha proclamó el lunes el estado de emergencia y envió tanques de guerra al sur, para recuperar el control de Valona y otras ciudades en que grupos de oposición han tomado las armas. . El presidente tomó sus decisiones inmediatamente después de recibir del parlamento un nuevo mandato de cinco años.

La mayoría de los habitantes de Valona permanecen enclaustrados en sus viviendas, mientras no cesa el tiroteo, según informaciones recibidas en Italia.

Veinte italianos y otros 16 extranjeros fueron evacuados el lunes de esa ciudad por la marina de guerra de Italia, que utilizó helicópteros y dos buques en la operación.

Mientras el gobierno de Prodi adopta medidas para impedir el ingreso masivo de emigrantes albaneses, la oposición de centroderecha aparece divida frente a ese eventualidad.

El Centro Democrático Unitario (CDU) y el Centro Cristiano Democrático (CCD), dos movimientos surgidos de la desaparición de la Democracia Cristiana, se declararon a favor de acoger a los refugiados.

El presidente del CCD, Clemente Mastella, señaló que seguramente llegarán a las costas italianas barcos cargados de refugiados, pues "el miedo es muy grande y real (en Albania) y esta vez podría tratarse de un éxodo bíblico".

"Debemos recibirlos, no podemos rechazarlos pegándoles una patada en el trasero", dijo Mastella.

Rocco Buttiglione, secretario del CDU, consideró altamente probable un éxodo masivo, pero propuso distinguir entre "refugiados políticos" y emigrantes comunes y acoger sólo a los primeros.

Por último, Maurizio Gasparri, coordinador de la derechista Alianza Nacional, una de las principales fuerzas del bloque de oposición, se pronunció por el rechazo de todos los albaneses que lleguen irregularmente a este país. (FIN/IPS/jp/ff/ip pr/97

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