SUDAFRICA: Mestizos denuncian "limpieza étnica económica"

Muchos mestizos de Sudáfrica se sienten discriminados por la mayoría negra tres años después del fin del apartheid, y afirman que el gobierno de Nelson Mandela los somete a una "limpieza étnica económica".

Los "coloured" (como se denomina en Sudáfrica a quienes no son blancos ni negros) se abstuvieron la semana pasada de pagar alquileres y servicios públicos en protesta por la opresión que sufren a pesar del fin del apartheid, régimen de segregación racial institucionalizada que sufrió el país hasta 1994.

"Antes, no éramos suficientemente blancos y hoy, bajo un gobierno legítimo, no somos suficientemente negros", dijo Martha, desempleada con tres hijos a su cargo, una entre miles de mestizos que manifestaron en las calles de Johannesburgo el día 6.

La protesta fue convocada como consecuencia de los grandes aumentos de precios de servicios públicos y arrendamientos en las zonas de la ciudad que durante el régimen de supremacía blanca se reservaban a los "coloured".

Los mestizos fueron dejados de lado en las políticas de "acción afirmativa" diseñadas para brindar oportunidades a la otrora marginada mayoría negra.

Los fondos se destinan únicamente a los negros, al igual que las tierras de los programas de redistribución establecidos tras el fin del apartheid, según los coloured.

Uno de los organizadores de la marcha, Basil Douglas, presidente de la Asociación de Juntas Cíficas del Sudoeste (Sowejoca) que comparte sus oficinas con el nacionalista zulú Partido Inkatha de la Libertad, dijo que la acción afirmativa opera como "una especie de limpieza étnica económica".

"Al parecer, los gobernantes de la autodenominada 'nueva Sudáfrica' entienden que no éramos suficientemente discriminados para merecer ahora acción afirmativa", se lamentó Douglas.

Alrededor de 3,5 millones de los 41 millones de habitantes del país son mestizos. La mayoría viven en la provincia de Cabo Occidental.

La votación en esa provincia en las primeras elecciones multirraciales, celebradas en 1994, fue abrumadora a favor del predominantemente blanco Partido Nacional (NP), que gobernó Sudáfrica durante el apartheid.

Las protestas se originaron luego de que las autoridades locales amenazaron con interrumpir los servicios de corriente eléctrica y agua en represalia a la negativa de la población a pagar.

Las deudas alcanzan a más de 60 meses. Negros y coloured ya habían apelado a la abstención de pagos como arma de lucha contra el apartheid.

Los mestizos levantaron barricadas y saquearon tiendas. Los daños ascendieron a 500.000 dólares y cuatro personas murieron.

Martha, como muchos de los coloured que participaron en la manifestación, siente que pagar 66 dólares al mes por alquileres y servicios públicos constituye un acto de discriminación, pues un habitante del barrio negro de Soweto paga la décima parte, alrededor de siete dólares.

Pero los mestizos no son los únicos que se sienten discriminados. Una corte judicial de Pretoria sentenció que la ciudad segregaba a los blancos en el pago de servicios públicos.

Los habitantes de Sandton, un barrio blanco de Johannesburgo, también acusan a las autoridades de discriminarlos al establecerles tarifas más altas que al sector más pobre de la población.

Pero la calidad de vida es entre aceptable y dispendiosa en los barrios blancos, lo cual no puede decirse de las zonas donde viven los coloured.

"Estos tres años de gobierno democrático trajeron pocos cambios en los barrios mestizos de Johannesburgo. El desempleo es todavía la norma, y los pandilleros y barones de la droga continúan reinando", según un editorial del prestigioso periódico Sunday Times.

"Mandela pudo aislar a los rebeldes derechistas porque comprometió sus energías en satisfacer a los conservadores blancos sudafricanos. Es hora de que satisfaga del mismo modo las necesidades de los coloured", agregó la publicación.

Pero algunos negros recuerdan que los mestizos no participaron en la lucha contra el apartheid, y que, al menos, durante ese régimen se les consideró ciudadanos de segunda clase, mientras ellos eran atacados brutalmente.

"Los coloured quieren que les pasen la manteca a los dos lados del pan. Los negros somos quienes tenemos necesidades más urgentes", dijo Tebogo, estudiante de la Universidad de Witwatersrand.

Poco ha cambiado desde 1994, cuando el Servicio Estadístico Central estableció que 98 por ciento de los hogares asiáticos, 76 por ciento de los coloured y 98,4 por ciento de los blancos disponían de agua potable, que llegaba apenas a 27 por ciento de las viviendas de negros.

Y, mientras solo 30,5 por ciento de los hogares negros disponían de energía eléctrica, el porcentaje entre coloured y asiáticos era de 76 y 98,5 por ciento respectivamente.

Pero, para Douglas, esa es una muy mala excusa.

"Hemos sido parte de la lucha. ¿Por qué ahora nos preguntan dónde estuvimos en el apartheid? Nos recuerdan todo el tiempo que nos trataron un poco mejor que a los negros. ¿Pero nosotros inventamos el apartheid?", se pregunta. (FIN/IPS/tra-en/gm/kb/ip pr/97

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