Una comisión interna de la ONU acusó de incuria, dilapidación de recursos y violación de reglas del foro mundial al tribunal internacional que debe enjuiciar a los sospechosos por el genocidio de Ruanda.
"No funciona adecuadamente ninguna área administrativa" de la secretaría del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, aseguró la Oficina de Vigilancia Interna de Servicios (OIOS) en el informe recabado por su equipo de investigación.
La alegada torpeza y la lentitud del tribunal ponen en duda la capacidad de ese organismo para impartir justicia en las causas abiertas por el genocidio de Ruanda, advirtió la OIOS en su informe, del que IPS obtuvo una copia.
El tribunal, creado a fines de 1994 por la ONU (Organización de Naciones Unidas), comenzó a sesionar el mes último. Debe someter a juicio a los supuestos responsables de la matanza de más de 500.000 tutsis y hutus moderados, perpetrada entre abril y julio de 1994 por un gobierno controlado por extremistas hutus.
La OIOS destacó que el tribunal internacional, instalado en Arusha, Tanzania, no dispone de sistema adecuado de contabilidad y que ni su secretaría general ni la ONU tienen información de sus gastos.
El tribunal recibió en 1996 una partida de 40 millones de dólares, pero en junio, sólo contaba con un "presupuesto formal" para unos pocos meses, según el informe.
"La línea jerárquica no está claramente definida, los controles internos son insuficientes en todos los departamentos y funcionarios designados para posiciones importantes no reúnen la cualificación necesaria", señaló la OIOS.
Agregó que tampoco hay "un adecuado sistema administrativo, la gestión se desvía de los procedimientos de la ONU y los reglamentos y regulaciones del foro mundial son ignorados".
Auditores e investigadores de la OIOS encabezados por el vicesecretario general de la ONU Karl Paschke visitaron el tribunal internacional de Arusha del 30 de septiembre hasta noviembre, y también inspeccionar la oficina del fiscal de la misma corte, en Kigali.
La OIOS comunicó que la oficina del fiscal presenta problemas administrativos, de dirección y operativos.
"Las funciones (el tribunal) están obstaculizadas por la falta de experiencia del personal y porque no se dispone de vehículos, computadoras ni de otros equipos de oficina", observaron los inspectores.
"Sólo han sido cubiertos 30 por ciento de los puestos reservados a investigadores y tampoco se ha completado la nómina de abogados", agregaron.
Así mismo, el equipo que viajó a Arusha y Kigali comprobó "deficiencias en los procesos" y que "los programas previstos para los testigos no fueron plenamente desarrollados".
Mientras, las relaciones entre la secretaría del tribunal y la oficina del fiscal se caracterizan "más por la tensión que por la colaboración".
"El funcionamiento del tribunal fue afectado por la falta de presupuesto a largo plazo, por la distancia geográfica de la oficina del fiscal de otros órganos" de la misma corte "y por problemas de infraestructura en Arusha y Kigali", se consignó en el informe.
Las dificultades aumentaron a causa "del reclutamiento de personal inexperiente o carente de cualificación, un hecho del que son responsables la secretaría del tribunal y el secretariado" de la ONU, comentó la OIOS.
"Al crear el tribunal, la ONU se hizo responsable de su funcionamiento, pero la evidencia sugiere que el secretariado no le proporcionó apoyo adecuado".
El tribunal se ha caracterizado por la inoperancia y sin respaldo de la ONU, la situación no mejorará, concluyó la OIOS.
No obstante, los autores del informe admitieron que muchas deficiencias están en proceso de corrección. Hubo cambios en el personal y se intenta crear una estructura administrativa funcional, reconoció la OIOS.
"Para que esos cambios critalicen, el secretariado (de la ONU) debe apoyar el esfuerzo del secretario general" del mismo foro por lograr el funcionamiento del tribunal, advirtieron los inspectores. (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/ff/ip/97