El déficit comercial de Brasil, de 5.539 millones de dólares en 1996, llegaría al menos al triple de esa suma si se incluyeran las importaciones informales desde Paraguay por la más abierta y problemática frontera del Mercosur.
Nuevos datos confirman la estimación de que cruzan anualmente el Puente de la Amistad, de la paraguaya Ciudad del Este a la brasileña Foz do Iguazú, más de 12.000 millones de dólares en productos contrabandeados, suma que hace de Paraguay el mayor provedor del mercado brasileño, junto con Estados Unidos.
El pequeño Banco Araucaria, limitado al estado de Paraná, disputa el liderazgo en las operaciones de cambio con las mayores instituciones financieras de Brasil. El milagro se explica por el hecho de tener una de sus dos únicas agencias en Foz do Iguazú.
El banco reconoció cambiar diariamente un promedio de 30 millones de dólares, divulgó el diario Gazeta Mercantil. Sus clientes son comerciantes de Ciudad del Este, el gran centro comercial paraguayo, cuyo volumen de ventas muchos comparan a los de Miami y Hong Kong.
Esos comerciantes cambian por dólares los reales recibidos de las decenas de miles de brasileños que diariamente hacen compras en Ciudad del Este, para proveer de juguetes, productos electrónicos y una infinita variedad de bienes procedentes de Asia, el comercio callejero de Brasil.
Sumando los demás bancos instalados en Foz do Iguazú, esas operaciones de cambio diario alcanzan 50 millones de dólares, lo que multiplicado por los dias hábiles del año llega a unos 12.500 millones de dólares.
Esa ya era la cifra manejada por la Secretaría de Renta Federal, encargada de la recaudación fiscal en Brasil, al reducir la cuota de importación legal para cada turista, de 250 a 150 dólares. La medida, adoptada en noviembre de 1995, apenas cumplía un acuerdo del Mercosur.
Pero provocó protestas de Paraguay y de los "sacoleros", los compradores brasileños. Las quejas iniciales se acompañaron de estimaciones de comerciantes paraguayos sobre una caída de sus ventas a la mitad del volumen anterior.
Juzgando por la prosperidad de los negocios cambiarios del Banco Araucaria, el comercio ilegal mantiene o recuperó sus niveles tradicionales.
El mismo Banco Central de Paraguay admitió ahora, en sus datos oficiales, que las "exportaciones no registradas" superan largamente las legalizadas. En 1996 fueron 1.628 millones de dólares de las primeras, contra 1.028 millones de las segundas.
Pero el año record fue 1995, cuando el contrabando, destinado básicamente a Brasil y Argentina, alcanzó 1.923 millones de dólares, más del doble de las exportaciones regularmente registradas, que se limitaron a 919 millones.
Tales resultados, explicó el Banco Central, se basaron en cifras de las importaciones de productos paraguayos por los socios del Mercosur, muy superiores a las exportaciones oficiales del país.
Ese comercio ilegal aparentemente imposible de contener representa pérdidas para el gobierno brasileño, en recaudación, y para la industria que sufre esa competencia ilegal.
Las asociaciones empresariales de siete sectores más afectados en Brasil -como juguetes, productos electrónicos, ciagarrillos y computadoras- calcularon en 4.500 millones sus pérdidas anuales a causa del comercio fronterizo que no paga ningúm tributo.
El problema es grave, pero está en marcha una solución que es la reconversión de la economía de Ciudad del Este, con la Zona Franca Industrial en implantación, con capitales chinos, en esa ciudad paraguaya, dijo a IPS el vicecanciller de Paraguay, Antonio López Acosta.
El Mercosur y la existencia de un amplio mercado favorece el proyecto, cuyo gran obstáculo es la falta local de mano de obra calificada, que exigirá un esfuerzo de capacitación, señaló.
Ciudad del Este "creció con comercio ilegal pero también con el legal", destacó el vicacanciller paraguayo, quien consideró que estrangular la actividad local representaría un castigo indebido a la actividad regular.
Además, provocaría un grave problema social, principalmente en Brasil, advirtió.
Cerca de un millón de brasileños obtienen sus ingresos de ese comercio, que alimenta las llamadas "ferias Paraguay" en las calles de centenares de ciudades brasileñas, estiman asociaciones de los "sacoleros".
Domingo Laíno, presidente del opositor Partido Liberal Auténtico de Paraguay, considera una amenaza a la democracia en su país y a las relaciones con Brasil y Argentina la existencia de "un negocio al margen de la ley en ese volumen", que abre puertas al tráfico de armas y drogas.
La mafia que controla el comercio ilegal tiene fuertes conexiones con el poder, aún dominado por fuerzas vinculadas al régimen dictatorial que gobernó Paraguay por más de 40 años, según Laíno.
Sólo una "alternancia en el poder", que permita romper con el modelo implantado y democratizar efectivamente el país, podrá poner fin al contrabando y desarrollar en la frontera una "integración de interés común", concluyó. (FIN/IPS/mo/ag/if/97