PALESTINA: Activistas judíos quieren desalojar enclaves en Hebrón

Descendientes de judíos que vivieron en Hebrón en los años 20 se atribuyen la propiedad de varios edificios y estudian acciones legales para desalojar a los actuales colonos israelíes en beneficio del acuerdo de paz con los palestinos.

Pero los radicales ultraortodoxos se mantienen en sus trece. Un cartel con letras rojas en el centro de esta explosiva ciudad indica que el edificio Beit Abraham Avinu ("Casa de Nuestro Padre Abraham") "es propiedad de los judíos, robada por los árabes después de que la masacre en 1929".

El lugar es uno de los cinco diminutos enclaves judíos en el corazón de Hebrón. El letrero, colgado encima del mercado árabe, recuerda un episodio que resulta clave para los argumentos de los actuales colonos israelíes.

La intención manifiesta de los colonos es restablecer la presencia judía en Hebrón, que concluyó en 1929, cuando los entonces gobernantes de Palestina en nombre de Gran Bretaña. En los episodios de violencia que ocurrieron luego murieron 67 judíos.

El abuelo de Yona Rochlin vivió en Hebrón en la década del 20, durante lo cual ella llama, con nostalgia, un período de coexistencia pacífica.

Rochlin afirma que los 500 colonos que ocupan hoy el enclave no siguen el legado de una generación que, como ésa, amaba la paz. "No hay ninguna razón por la cual ellos deban estar allí, en mi casa", dijo a IPS.

Cuarenta descendientes de integrantes de esa vieja comunidad unieron sus voces para exigir al gobierno de Israel el retiro de los colonos de Hebrón.

El gabinete del primer ministro derechista Benjamín Netanyahu no parece dispuesto a aceptar el consejo. De hecho, reconoce explícitamente el derecho de los actuales colonos a vivir en la ciudad cisjordana. Pero las manifestaciones de Rochlin y sus socios hizo mella en sus argumentos.

"La importancia de este grupo radica en que deja sin justificación moral a los colonos", dijo Adam Keller, portavoz de la organización izquierdista Gush Shalom ("Bloque por la Paz").

"Los colonos afirman ser los herederos de la vieja comunidad judía de Hebrón. Y todas sus declaraciones quedan en la nada cuando los verdaderos descendientes de la vieja comunidad judía se manifiesta contra ellos", agregó Keller.

Los radicales afirman que sus asentamientos garantizan el derecho de los judíos a peregrinar a la ciudad para rezar en la Cueva de los Patriarcas, lugar religioso de judíos y musulmanes donde, según la Biblia, están enterrados Abraham, Isaac y Jacob.

La primera colonia judía en Hebrón desde la ocupación israelí estuvo constituida por un grupo de rabinos que arrendó un hotel palestino en 1968 y se rehusaron a abandonar el lugar.

Desde entonces, los judíos de Hebrón residen en cinco grandes complejos de viviendas en el centro de la ciudad. Uno de ellos, Beit Hadassah, era un hospital en la década del 20.

Hoy, esas viviendas son de propiedad colectiva o de la Chabad, movimiento sionista ultraortodoxo que se opone al acuerdo de paz entre Israel y los palestinos.

Pero algunos de los descendientes de la vieja comunidad judía, entre ellos Rochlin, dicen tener derechos sobre algunas de las propiedades y que, en beneficio de la paz, quieren desalojar a los colonos.

Los 500 judíos de Hebrón viven en el corazón de una ciudad donde residen 120.000 palestinos. Otros siete poblados de Cisjordania están hoy bajo completo control de la Autoridad Nacional Palestina.

Pero Israel apenas devolvió 80 por ciento del territorio de Hebrón a los palestinos. En el 20 por ciento restante, donde viven 20.000 árabes, las tropas aún permanecen.

La violencia es habitual entre los colonos, la mayoría de los cuales poseen armas automáticas, y los palestinos. El último episodio ocurrió en enero, cuando un soldado reservista israelí abrió fuego en un mercado e hirió a seis palestinos.

Los militares impusieron un toque de queda sobre la parte de la ciudad que permanece bajo su control.

Hebrón es "la ciudad más triste del mundo", según Rochlin, cuyo padre vivió allí hasta 1929. "Debemos hacer algo para cambiar la situación", afirmó.

Según los descendientes de los antiguos colonos judíos aliados con Rochlin, los colonos y los militares deben retirarse. "No hay ninguna razón para que los judíos no puedan peregrinar y rezar allí luego", dijo.

Pero eso no sucederá mientras continúe el actual gobierno de coalición de derecha en Israel. Moshe Fogel, portavoz del gabinete, recordó que el acuerdo de paz permite la permanencia de soldados en la ciudad aunque los colonos se retiren, y que "los palestinos estuvieron de acuerdo".

Rochlin dijo que el grupo considera la posibilidad de entablar acciones legales para reclamar su propiedad, pero admitió que algunos descendientes de los antiguos colonos no poseen documentos que prueben su propiedad sobre los edificios y otros indican que la posesión era de naturaleza comunal.

"Creemos que los descendientes de los viejos colonos deberían vivir aquí en lugar de los fanáticos religiosos y los peligrosos militantes que residen en Hebrón", dijo el alcalde palestino de la ciudad, Mustafá Natshe. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/mj/ip/97

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