La bolsa de valores de Karachi ganó 10 puntos porcentuales hoy tras confirmarse el triunfo electoral de Nawaz Sharif, líder de la Liga Musulmana de Pakistán, en medio de acusaciones de fraude desacreditadas por los observadores internacionales.
La archirrival de Sharif y derrocada primera ministra Benazir Bhutto, del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) hoy relegado a la oposición, afirmó, al igual que en 1990 cuando también triunfó la Liga Musulmana, que hubo irregularidades en los comicios de este lunes.
Este será el segundo período de Sharif al frente del gobierno. El primero fue interrumpido en 1993 debido a acusaciones de corrupción. A pesar de que la Corte Suprema declaró su inocencia, se celebraron elecciones a mitad de período con respaldo del ejército, en las que ganó Bhutto.
Ninguno de los tres últimos gobiernos de Pakistán completó su mandato. Las de este lunes fueron las cuartas elecciones en ocho años. Sharif y Bhutto se han turnado invariablemente.
La rivalidad entre ambos líderes domina la política paquistaní. Bhutto fue destituida en noviembre por el presidente Farooq Leghari, quien alegó que su gobierno empujó al país al borde de la bancarrota.
Durante el período de Bhutto, las reservas de divisas extranjeras cayeron, las deudas externa e interna superaron el producto interno bruto y el déficit fiscal creció a pesar de los grandes aumentos de impuestos.
La reactivación económica fue el punto excluyente de la campaña electoral de Sharif. Tras conocerse los resultados este martes, las acciones en el mercado de valores de Karachi, el principal del país, ganaron diez puntos en las transacciones matinales.
Esto es considerado una señal del beneplácito del empresariado ante el triunfo de Sharif.
El primer ministro electo es él mismo un poderoso empresario. Sharif pertenece a Punjab, el estado más próspero del país, donde su partido obtuvo una victoria apabullante.
Los resultados de la Provincia de la Frontera Noroeste también le son favorables, mientras el PPP parece ganar en el rural estado de Sindh.
Los resultados son humillantes para el PPP. Varios ministros del gabinete de Bhutto perdieron sus escaños en la Asamblea Nacional.
El principal derrotado es, sin embargo, el partido Tehrik-e- Insaaf, creado el año pasado por la estrella de cricket Imran Khan, que no obtuvo ninguna de las nueve bancas por las que compitió.
Cuarenta por ciento de los 56 millones de ciudadanos habilitados para votar se abstuvieron de concurrir a las urnas, un porcentaje similar al registrado en las elecciones de 1993.
"Estamos satisfechos por que aquéllos que quisieron votar pudieron hacerlo", manifestaron los observadores de la Comunidad Británica de Naciones.
Alrededor de 250.000 soldados fueron destinados a tareas de vigilancia durante la jornada electoral y apenas se registraron dos choques entre grupos rivales. Una persona murió en la ciudad portuaria meridional de Karachi, capital del estado de Sindh, y otra en Lahore, capital de Punjab.
Entre los ganadores de acuerdo con el primer escrutinio figura la madre de Benazir Bhutto, Nusrat, quien cerró el camino a la viuda de su hijo Murtaza, Ghinwa, líder de un partido escindido del PPP que se presentó en el estado de Sindh, feudo político de la familia.
Ghinwa Bhutto, nacida en Líbano, heredó el liderazgo del partido de su esposo tras su muerte en septiembre pasado, en un tiroteo con la policía en Karachi.
El esposo de Benazir Bhutto, Asif Alí Zardari, quien fue ministro en el gabinete de su esposa, está hoy preso, acusado de complicidad con el asesinato de su cuñado.
Zardari también estuvo tras las rejas en el último gobierno de Sharif por varios actos de corrupción de los que fue declarado inocente luego.
La alta abstención es considerada una señal de la desilusión de la ciudadanía con los políticos en un país con antecedentes de dictaduras militares.
El ejército volvió por última vez a los cuarteles en 1988, cuando se restauró la democracia. Pero se duda de la capacidad de los partidos para actuar de forma independiente a la jerarquía militar.
El nuevo gobierno tendrá poca incidencia en esta materia. El presidente Leghari instaló en enero un Consejo de Defensa y Seguridad Nacional integrado por los máximos jefes del ejército.
Leghari afirmó que el organismo tendrá un papel puramente asesor y que la Asamblea Nacional y el consejo de ministros seguirán al mando. Varios juristas afirman que el cuerpo es inconstitucional. (FIN/IPS/tra-en/an/mj/ip/97
