Las mujeres abogadas de Ghana realizan esfuerzos para abolir el sistema de herencia practicado dentro de la comunidad akan, el cual deja a la viuda y a los hijos completamente desamparados.
El sistema, conocido como Wofa Adedi ("Herencia del tío", en la lengua local), se basa en la creencia de que la esposa de un hombre no pertenece a su clan, pero la hermana y los sobrinos sí, y por lo tanto éstos tienen derecho a heredar sus bienes. En el caso de los jefes tribales, sólo los hijos de la hermana pueden sucederlos.
Como resultado, cuando un hombre akan muere, sus parientes de sangre heredan sus propiedades, dejando a la viuda y los hijos absolutamente desprotegidos.
"Fui dos veces víctima de este demoníaco sistema de herencia", declaró Agartha Akunor-Mill, una maestra de 41 años, en un encuentro de mujeres cristianas que ocupan cargos de liderazgo, celebrado el martes en Accra.
La primera mala experiencia de Akunor-Mill fue hace 26 años, cuando su padre murió y sus familiares realizaron un inventario de sus pertenencias. Un año después se llevaron todos sus bienes, todo de acuerdo con las costumbres de la comunidad akan.
"Sólo le dejaron a mi madre dos viejas camisas y dos pantalones", relató la maestra.
Más tarde, tras seis años de matrimonio, Akunor-Mill se encontró viuda, con dos hijos y embarazada. En lugar de ayudar a su nuera y sus nietos, el suegro se apoderó de los bienes del fallecido, que sólo consistían en muebles y ropa.
Para muchos niños de Africa occidental, este sistema de herencia significa el desastre. Privados de los bienes de su padre, son puestos al cuidado de tíos que muchas veces los abandonan, ya sea porque carecen de medios o simplemente porque no existe un vínculo afectivo.
"Esos parientes no tienen ninguna relación afectiva con los niños, y sin embargo nadie ve nada malo en ello", observó Ekua Kuenyehia, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Ghana, en Legon.
"Hay demasiados niños en las calles, simplemente porque nadie cuida de ellos", y peor aún, muchos hombres abandonan a sus propios hijos porque consideran que "pertenecen" a su madre, señaló Kuenyehia, en base a recientes investigaciones realizadas en la región occidental de Ghana.
Algunos hombres intentan proteger los intereses de su esposa dándole "obsequios" que son luego sellados en presencia de familiares, y éstos no pueden disputar. Otra solución consiste en la redacción de testamentos.
La Ley de Sucesión Intestada, aprobada hace 12 años para proteger a las viudas e hijos sobrevivientes, asigna 56 por ciento de los bienes a los hijos del fallecido, 19 por ciento a la esposa, 12,5 por ciento a los padres y otro 12,5 a distribuirse según la ley consuetudinaria.
"Esta ley es un gran paso adelante, pero muchas personas aún hacen caso omiso de ella, y esto no sólo ocurre en nuestras aldeas, sino también en la capital, entre gente culta", observó Kuenyehia en al foro de mujeres cristianas.
La asociación de abogadas de Ghana, FIDA, intenta que las mujeres conozcan y ejerzan sus derechos a través del Proyecto de Alfabetización Jurídica.
El proyecto incluye la publicación de documentos legales accesibles a mujeres comunes, redactados en un inglés simple, con explicaciones claras de las distintas disposiciones.
"Las mujeres abogadas hacemos todo lo que está a nuestro alcance para resolver el problema", manifestó Kuenyehia. (FIN/IPS/tra-en/ak/jm/pm/ml/pr/97